Comparte sus influencias mexicanas

2019-06-16 22:17:58

Mirada. La pieza de Orozco que data de 1943, 'Paisaje de picos', perteneciente a la colecci�n del Museo de Arte Carrillo Gil, se encuentra entre las favoritas del curador Eugenio Caballero.(Foto: Especial)

“Mezclar a Julio Ruelas con Chango García Cabral o a Piranesi con El Santo, otorga validez a la latitud de las influencias con las que nos tropezamos en la vida y que nos hacen quienes somos”. Esto declaró Guillermo del Toro cuando se hizo oficial la curaduría de la exposición En casa con mis monstruos, hecha especialmente para Guadalajara por el cineasta Eugenio Caballero para exponer en el Museo de las Artes (Musa) de la Universidad de Guadalajara.

Aunque la muestra se ha presentado en distintos formatos en ciudades como Minneapolis, Los Ángeles y Toronto hay muchos elementos que hacen única a la de nuestra ciudad, que además será la última vez que se presente abierta al público. Uno de esos elementos es el paralelismo que logran en una sala específica, quienes trabajaron para mostrar el universo del imaginario de Del Toro en sus varios matices y aristas, por un lado la inspiración de los libros de Lovecraft y de Allan Poe, o de las primeras versiones de Frankenstein, así como grandes películas de terror tanto de cine internacional, incluso cómics mexicanos, y de manera especial hay una sala que incluye artes plásticas más tradicionales predominantemente de origen mexicano y que van de Julio Ruelas a los muralistas José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Guadalupe Posada, Giovanni Battista Piranesi, Francisco Goitia y Francisco de Goya y Abel Quezada.

“A mí lo que me gusta de Guillermo es saber que el arte más sagrado puede convivir con un juguete”, dijo Eugenio Caballero en entrevista. “Que todo es importante y es inspiración, son gustos personales que pueden formar un imaginario, tomar todos estos universos y ponerlos juntos y darle una coherencia. Es lo que hay en sus películas, con toda la oscuridad de las obras negras de Goya y de pronto también del cómic, este abanico es súper interesante del mundo de Guillermo”.

El curador ha contado que fue importante a la hora del montaje anclar la inspiración de Del Toro en México, por eso hay artistas mexicanos que no pertenecen a la colección personal del cineasta, sino a colecciones de varios de los más importantes museos del país y que dialogan con todo el imaginario de Guillermo. El que más le emociona a Caballero es un dibujo de James Cameron para la película Alien y una pieza de Orozco que data de 1943, Paisaje de picos, perteneciente a la colección del Museo de Arte Carrillo Gil.

“Son dos piezas que parecen inconexas porque al final se hicieron con décadas de diferencia en distintas partes del mundo y sin embargo si las analizan tienen elementos parecidos: el cielo tormentoso, la composición del horizonte, eso lo fuimos encontrando en estas colecciones”, dijo.

Los paisajes oscuros y siniestros, las interpretaciones del infierno o de los demonios, los humanos despojados de su solidez para convertirse casi en zombis y escenas aparentemente cotidianas, pero con una atmósfera siniestra son las escenas que conviven con las muchas influencias que componen la estética de las películas de Del Toro, como una especie de registro de los creadores mexicanos que contemplaron de frente la oscuridad, la muerte y las versiones de espectros y monstruos que se desarrollaron sobre todo en el arte moderno y en las artes gráficas especialmente.

OBRAS CLAVE

El ahorcado, Francisco Goitia, 1914

Colección Museo Francisco Goitia INBAL

Además de lo sombría que pueda parecer esta obra específicamente, en general el personaje que representa el mismo Francisco Goitia en la escena de las artes mexicanas de su tiempo tiene varios hilos cercanos al de Del Toro. Es considerado un artista sui generis dentro del panorama cultural mexicano ya que se mantuvo al margen de la corriente pictórica oficial, después de estudiar en la Academia de San Carlos, fue soldado villista y después maestro promotor rural, sus pinturas están cargadas de símbolos religiosos así como de insignias revolucionarias y de muerte, pobreza e injusticia al mismo tiempo.

El guardián de la paz, grabado de David Alfaro Siqueiros

Colección Museo Nacional de la Estampa

En este como en gran parte de sus grabados, en los que lo salvaje y lo oscuro son protagonistas el reconocido muralista dejó ver de manera más concreta las muchas maneras en que Goya lo había influenciado. La perspectiva dinámica, las formas monumentales, el uso dramático de las sombras y una limitada paleta de colores distinguen el grueso de su obra y en este caso también la lujuria de este perro-monstruo dispuesto a atacar.

Calavera tapatía, Manuel Manilla

Colección Museo Nacional de la Estampa

Esta obra, así como muchas de las muestras costumbristas del grabado mexicano, forman una buena parte de la exposición en cuanto a las referencias del imaginario de Del Toro se refiere, el humor inherente en que representaron la muerte artistas como Manila y luego como José Guadalupe Posadas son parte previo al cómic de esta referencia.

Extraño Cargamento, Vita Castro, 1968

Esta pieza que en teoría también forma parte de la Colección Museo Nacional de la Estampa ha sido pocas veces expuesta con énfasis en México. Vita Castro es además una de las pocas mujeres que aparecen en la exhibición en el Musa. Nació en la Ciudad de México en 1920, fue pintora y restauradora. Entre las muchas cosas que ha pintado y retratado, uno de sus temas recurrentes es la muerte y el paisaje, sobre todo el mexicano. En este caso, la muerte va en una barca por el mar y contiene un cargamento de calaveras.

Auto de fe, Julio Ruelas, 1906

El pintor y grabador Julio Ruelas fue uno de los más importantes en el desarrollo de la ilustración simbolista mexicana. Sus obras comúnmente se relacionan con lo satánico donde fluyen elementos sobre el infierno y la religión que en su momento ilustraron libros de autores como Amado Nervo. Esta obra específicamente ilustró en su momento un poema que llevaba el mismo título de Enrique González Martínez que dice: “Cuentan que un fraile, en su misal un día/ Halló en una mayúscula de ornato/ Un cuerpo de mujer, desnudo y grato/ Que artista ignoto dibujado había/”.

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