Contra los Rambos a la tapat�a

2019-06-23 23:33:06

La delincuencia organizada está mejor organizada que las fuerzas policiales en algunas situaciones críticas, como lo vivido este viernes en un coto con el nombre idílico de Jardines del Edén y en otros puntos de la ciudad.

Los ataques perpetrados contra funcionarios de la Fiscalía Estatal y de sus familias tuvieron una orquestación letal.

Murieron dos policías investigadores atacados por sorpresa en sus viviendas y una agente del Ministerio Público sobrevivió ilesa a las ráfagas de balas.

La respuesta de las corporaciones policiales fue desmesurada y torpe.

Además de las numerosas camionetas de la fiscalía con tropas para atacar a sospechosos parapetados en una casa, intervinieron de refuerzos un centenar de agentes de la Comisaría de Guadalajara y el helicóptero Zeus. Más los de Tlajomulco.

Cientos de policías cercando a un puñado de agresores. Al final capturaron a cinco y mataron a dos.

Es cierto que elementos de seguridad pública resguardaban los alrededores y alejaban a la gente de la zona de peligro, pero las calles estaban saturadas de vehículos oficiales y de policías. El tránsito en las inmediaciones se paralizó todavía horas después del tiroteo.

Y lo que fue la operación en sí resultó caótica.

Policías municipales de aquí y de allá rodearon la casa de seguridad donde estaban resguardados los atacantes y dispararon vaciándoles cargador tras cargador. Los hoyos en las paredes de las viviendas cuentan una historia de disparos a lo loco.

Hacia el final del evento, personal de la fiscalía rogaba por radio que los municipales dejaran de disparar porque ya estaba todo controlado. Tan defectuosa fue la comunicación.

No me gusta especular, pero me pregunto qué hubiera pasado si uno de sus grupos de élite de reacción inmediata que tanto presumen hubiera intervenido certeramente.

Me imagino que los agresores eran algún tipo de Rambos a la tapatía por haber resistido tan ferozmente los embates de las fuerzas públicas. Aunque tampoco hubo bajas entre los policías participantes en el enfrentamiento.

Todavía por la tarde hubo otro enfrentamiento en contra de policías estatales por parte de dos hombres que quedaron detenidos, sin personas heridas en la escaramuza.

El fiscal Octavio Solís interpretó lo sucedido como una amenaza, no sólo hacia la fiscalía, sino hacia todas las instituciones policiales.

Pero no es una situación nueva, es algo que se está convirtiendo en más cotidiano. Quizás no habían existido operaciones perpetradas de una manera casi simultánea, pero sí agresiones, y este año se está convirtiendo en uno con gran cantidad de policías asesinados.

Hay la conjetura de que este ataque múltiple podría haber sido un ensayo de otro mayor por venir y, si ése fuera el caso, espero que para entonces hayan aprendido las corporaciones a coordinarse; no sólo un poco más, sino a colaborar activamente.

La conferencia de prensa de la noche que ofrecieron la fiscalía y las policías estatal y municipales consistió básicamente en asegurar que actuaron de manera coordinada y que trabajan para contener el crimen.

Pero quienes estuvieron en el lugar apreciaron en toda su magnificencia la torpeza de los participantes, o al menos en su manera de trabajar en equipo. Unos por aquí, otros por allá.

De manera que la prevista entrada en operaciones de la policía metropolitana y de la Guardia Nacional augura adicionales problemas de coordinación interinstitucional.

El mando único de la ciudad tendría a su disposición agrupaciones con formación muy distinta que deberán conformar grupos de reacción eficaces. La Guardia Nacional y los municipios habrán de acordar las atribuciones de cada uno en el ámbito de la seguridad pública y su manera de colaborar.

@levario_j

JJ/I

 
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