A diferencia de otros tiempos, la advertencia lanzada por el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa desde Madrid, España, sobre el futuro de México con Andrés Manuel López Obrador como presidente tuvo poco eco en los medios nacionales. Pocos lo registraron.
En el marco del decimosegundo Foro Atlántico, con el tema “Iberoamérica de cara al futuro”, Vargas Llosa hizo un llamado que los mexicanos no debemos de echar en saco roto, como se dice popularmente, ante lo que han sido estos primeros siete meses del sexenio lopezobradorista, donde ha sucedido hasta lo inimaginable, incluso para quienes votaron a su favor y que hoy o están arrepentidos o han reprobado no pocas de sus decisiones.
El autor de La ciudad y los perros dijo textualmente:
“Me preocupa mucho México que, como ustedes saben, es un gran país que reverbera de todas maneras hacia el resto de América Latina todo lo que ocurre en él. Tiene hoy en día en la Presidencia a un populista que además ha obtenido una mayoría (votación) absolutamente extraordinaria, lo que le da también un poder extraordinario que podría llegar a destruir la democracia mexicana y perpetuarse en el poder si se lo plantea. Y perpetuarse en el poder a través de mecanismos perfectamente democráticos”.
Esta preocupación del escritor peruano ¿es también una preocupación entre los mexicanos o no alcanzamos a observar que esto pueda suceder en un país que ha soportado pésimos y malos gobernantes, que soltamos el aire aliviados porque creemos que por nuestra cercanía con Estados Unidos nunca veremos al país en riesgo de convertirse en una Venezuela como se alertó particularmente durante la campaña presidencial, y que creemos que bastará con asistir a las urnas en el 2021 para frenar cualquier intento presidencial por llevar al país por rumbos en los que han transitado países como, además de Venezuela, Bolivia, Brasil y en su momento Chile o el propio Perú, en donde sus ciudadanos llevaron al poder –y algunos aún se mantienen en él– a gobernantes populistas que en campaña ofrecieron al electorado bajarles la luna y las estrellas, pero que ya en el gobierno hundieron a sus países en la más terrible y estrepitosa crisis económica y social que nunca se imaginaron?
Las decisiones que desde el primer día de su gobierno y hasta ahora ha tomado e implementado el presidente López Obrador no son obra de la casualidad, no son ocurrencias, como muchos de sus detractores han referido, como tampoco son simple materia para memes en las redes sociales y cartones en los medios impresos. No, no hay duda de que cada paso, que cada decisión que Andrés Manuel López Obrador ha implementado responden a un plan debidamente preparado y que comienza a ser instrumentado con la confianza de que, efectivamente como dice Vargas Llosa, da el saber que se tuvo una abrumadora votación a favor que no sólo lo llevó a la Presidencia de la República, sino que le dio, incluso, las mayorías en las cámaras de Senadores y Diputados, aunque aún no la mayoría de las gubernaturas, tan necesaria para las reformas constitucionales.
Cuando Vargas Llosa dice que López Obrador puede perpetuarse en el poder a través de mecanismos perfectamente democráticos por supuesto que se refiere al voto mayoritario que su partido, Morena, pueda obtener en 2021 en las gubernaturas que estarán en juego y, principalmente, en la votación para renovar la Cámara de Diputados, donde estará apostando mantener la mayoría.
Es importante, a partir de la advertencia del Nobel, no dejar de ver que el gobierno de López Obrador, por exagerado que pareciera, ha dado algunos de los pasos que en su momento dio Hugo Chávez en Venezuela: desde ciertas decisiones que ha tomado hasta lo que pueda ser un aparentemente insignificante discurso mañanero.
ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.
JJ/I
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