Pesan dudas sobre �universidad AMLO�

2019-07-04 23:53:52

ESTRATEGIA Y PROP�SITO. El programa de las Universidades para el Bienestar Benito Ju�rez es impulsado por la actual administraci�n federal; su objetivo es �brindar educaci�n de calidad y sin colegiaturas�, seg�n AMLO. (Foto: Cuartoscuro)

Crear 100 nuevas universidades públicas a lo largo del país fue una de las propuestas enarboladas por Andrés Manuel López Obrador durante su campaña de 2018 para la presidencia de México.

El primero de diciembre, día que tomó posesión del cargo, este fue uno de los primeros compromisos -de un centenar- en ser enumerados por el presidente.

“En 2019 estarán funcionando 100 universidades públicas con carreras acordes a cada región del país para atender con educación de calidad y sin pago de colegiaturas a 64 mil estudiantes de nivel superior”, expresó entonces.

Más de seis meses después de haber entrado en funciones, la mayoría de los establecimientos educativos ya se encuentra en funciones bajo el nombre de Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ). De estos, tres se ubican en Jalisco.

Los habitantes de Ayotlán tienen ahora la posibilidad de estudiar Ingeniería Agroalimentaria, los de Tecolotlán una Ingeniería Ambiental y los de Tomatlán pueden estudiar una Ingeniería en Desarrollo Regional Sustentable.

Sin embargo, situaciones como la falta de un registro de validez oficial ante las autoridades educativas, las carencias de infraestructura, la premura con la que se seleccionó al personal docente y la posibilidad de que se presente un alto nivel de deserción escolar hacen dudar a algunos especialistas del éxito del proyecto.

ARRANQUE CON PREMURA

Fue a finales de marzo cuando en los municipios jaliscienses dio inicio el curso propedéutico para diagnosticar y homologar el nivel con el que ingresaron los alumnos de las nuevas carreras.

Sin embargo, el número de estudiantes que acude a cada plantel no está claro. Mientras que Raquel Sosa Elízaga, coordinadora nacional del programa, anunció en la conferencia de prensa mañanera que López Obrador ofreció el 28 de mayo que, hasta esa fecha, en Jalisco se habían incorporado al proyecto 75 alumnos, en junio Carlos Lomelí Bolaños, delegado de Programas para el Desarrollo del gobierno federal en Jalisco, aseguró que seis decenas de estudiantes se encontraban tomando clases.

“Vamos muy bien. De hecho, ya se arrancaron (clases) en Tomatlán y en Tecolotlán. Ya se construyeron las aulas, se arrancaron con 60 alumnos, vamos a llegar a 120 alumnos a final del año y a mil 200 el siguiente año”, expuso entonces.

En tanto, mediante sus redes sociales, el gobierno de Ayotlán informó el 25 de marzo que tan solo en ese municipio se habían inscrito 59 alumnos.

A pesar de los dichos de Lomelí Bolaños, en los municipios jaliscienses los cursos iniciaron en sedes provisionales, como una secundaria técnica, una casa de la cultura y otras instalaciones municipales.

Para que se concreten las sedes definitivas, los tres municipios tuvieron que proporcionar terrenos con un mínimo de 3 hectáreas. Las edificaciones se encuentran en curso. A nivel nacional, según explicó Sosa Elízaga en la mencionada conferencia de prensa, para la edificación de los 101 planteles que se vislumbran, este año se contará con un presupuesto de mil millones de pesos. 

Para el doctor Víctor Manuel Rosario Muñoz, investigador del Centro para la Calidad e Innovación de la Educación Superior, adscrito al Centro Universitario de Ciencias Económico y Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el inicio de clases en sedes sin el equipamiento mínimo necesario, tendrá efectos negativos en la formación de los estudiantes, sobre todo cuando la oferta educativa en Jalisco se compone de ingenierías.

“Un elemento fundamental, más en este tipo de carreras, es la investigación, el equipamiento con laboratorios de simulación, laboratorios de campo, de física, de química, de ecología, un equipamiento digital”, explicó.

Pero, independientemente de cuál sea la calidad de la educación recibida por los estudiantes de las UBBJ, existe una situación que, de no solucionarse en el corto plazo, podría poner en riesgo la totalidad del proyecto: la falta del Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE) de los programas académicos ante la Secretaría de Educación Pública (SEP).

“Para que la SEP pueda autorizar la apertura en otra unidad, dígase en Jalisco y en Hidalgo, debe haber un sólo RVOE (por carrera), pero debe haber condiciones educativas pertinentes para poder aceptar por parte de la SEP que también se opere en otras unidades (…) El RVOE no es solamente en papel, debe de haber condiciones de salubridad, de higiene, de calidad, infraestructura adecuada. La SEP no autorizaría la apertura de una licenciatura en un lugar sin las condiciones mínimas de calidad”, detalla Rosario Muñoz.

En caso de que este registro no se obtuviera antes de que egresara la primera generación, los estudiantes, añadió el académico, se verían impedidos de contar con un título y una cédula profesional; de igual forma, no podrían continuar con estudios de posgrado.

Otro factor que preocupa a Rosario Muñoz fue la celeridad con la que se dio la selección y capacitación de docentes, más cuando se desconoce el modelo académico de las universidades.

“El profesorado se advierte improvisado porque, con mucha premura, se presentaron los currículos y luego se les convocó al Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y El Caribe (Crefal, el organismo coordinador a nivel nacional) en un par de días, donde inclusive se les negó compartir lo que iban a ganar, porque la convicción era el bien social y no el dinero. Los que están llegando como profesores es porque no tienen trabajo en otros espacios, esto no hay que desconocerlo”, lamentó.

Aunque en Ayotlán se ha documentado la contratación de profesionales con doctorados de universidades extranjeras, su número resulta insuficiente. Según expuso Sosa, hasta finales de mayo para las tres universidades jaliscienses se habían contratado a seis docentes (dos para Ayotlán, uno para Tecolotlán y tres para Tomatlán).

“Las ingenierías tendrán que acercarse a fenómenos biológicos, físicos, químicos, a unidades de aprendizaje multidisciplinarias; evidentemente se necesita, de entrada, entre seis y ocho profesores por semestre, porque las mallas curriculares en los primeros semestres van de entre cuatro a siete unidades de aprendizaje”, comentó Rosario Muñoz al respecto.

“Vamos muy bien. De hecho, ya se arrancaron (clases) en Tomatlán y en Tecolotlán. Ya se construyeron las aulas, se arrancaron con 60 alumnos, vamos a llegar a 120 alumnos a final del año y a mil 200 el siguiente año”

Carlos Lomelí Bolaños, delegado de la Federación en Jalisco

“Los que están llegando como profesores es porque no tienen trabajo en otros espacios, esto no hay que desconocerlo”

Víctor Manuel Rosario Muñoz, investigador de la UdeG

 

Un registro tardío

En su página web, la coordinación del programa anunció que el 10 de junio iniciaría el registro para los interesados en formar parte de la segunda generación de estudiantes de las UBBJ.

Los registros en la plataforma de las universidades contempla el periodo del 20 de junio al 19 de este mes.

Sin embargo, hubo tardanza en este proceso, pues en las redes sociales tanto del Crefal como de las universidades se detectó un aluvión de dudas sobre el proceso y de críticas sobre la falta de información. Debido a las sedes provisionales, muchos interesados desconocen la ubicación de las universidades, quienes han logrado acudir a alguna manifiestan que el personal que ahí se encuentra también desconoce qué sucede y otros que han tenido la suerte de que les respondan una llamada, acusan malos tratos.

“No hay un andamiaje, una organización, una administración escolar que permita al estudiante saber los tiempos y movimientos. Si existe esa carencia de información (…) son rasgos de desorden institucional por la apertura”, consideró el investigador Víctor Manuel Rosario Muñoz.

Así, mientras la administración federal presume a las UBBJ como uno de sus primeros logros, el futuro de sus estudiantes permanece en la incertidumbre. Darío Pereira

BENEFICIO. Mientras tanto, ya se otorgan apoyos para alumnos, expone el delegado Carlos Lomelí.

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La idea es ampliar las posibilidades

El objetivo fundamental que persiguen las UBBJ es ampliar las posibilidades de los jóvenes de ingresar a la educación superior, ya que en México se tiene una cobertura en la materia de alrededor de 38 por ciento-.

Por ello, a diferencia de casi la totalidad de las universidades públicas, entre los requisitos de ingreso no se contempla una prueba de aptitud académica y sólo se solicitan documentos básicos de identificación. En caso de que la demanda exceda a la oferta, se procederá a un sorteo para elegir a los admitidos.

Además, se busca garantizar la permanencia de los estudiantes a través del otorgamiento de una beca mensual de 2 mil 400, así como de otras facilidades.

“Para el caso de los estudiantes que escojan una carrera que se ofrezca en una escuela fuera de su estado, el programa apoya el traslado desde su lugar de origen hasta el plantel en autobús. Quienes así lo deseen, residirán en hogares de familias de la comunidad en que se encuentre el plantel y deberán colaborar con hasta un tercio de su beca para cubrir sus gastos de alimentación. Las familias receptoras podrán solicitar la baja del/la estudiante residente en caso de producirse problemas de comportamiento, falta de higiene o ausentismo en la escuela”, se lee en la página web de las UBBJ.

Beneficios que, a decir de Carlos Lomelí Bolaños, delegado de la Federación en Jalisco, ya se aplican en la entidad.

“Los alumnos ya tienen sus becas para que se puedan apoyar con su transporte. Hay algunos estudiantes que vienen de otros estados a estudiar, por ejemplo, en la de Tecolotlán, que es de agro economía (en realidad se ofrece Ingeniería Ambiental), y esos 2 mil 400 pesos están sirviendo, la mitad, para quedarse en el seno de una familia y el resto para sus lonches o sus cuadernos”, expuso.

Pero para el investigador Víctor Manuel Rosario Muñoz, además de la situación económica existen otros factores que coadyuvan a la permanencia estudiantil y que no se están tomando en cuenta, como, por ejemplo, los contextos de los que provienen los alumnos, el involucramiento de sus familias para que se les respete su condición de estudiantes de tiempo completo; la capacidad de autorganización de los estudiantes y la capacidad de retención a través de tutorías impartidas por el personal docente.

De igual forma, expuso, existen casos en el que el acceso universal -si bien es una política noble- deriva en altos niveles de deserción. Ejemplificó con el caso de Argentina, país donde, dijo, hasta 60 por ciento de los universitarios abandonan los estudios durante el primer año.

JJ/I

 
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