Primeros pasos en otro mundo

2019-07-19 22:38:16

(Foto: AP)

Hace medio siglo, en un año caracterizado por guerras, hambrunas, violencia en las calles y una brecha generacional creciente, hombres del planeta Tierra pisaron por primera vez otro cuerpo celeste y la gente alrededor del mundo se unió como nunca antes ni después.

Centenares de millones sintonizaron radios o contemplaron las imágenes borrosas en blanco y negro cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los astronautas del Apolo 11, pusieron pies en la Luna el 20 de julio de 1969, en una de las hazañas tecnológicas más gloriosas de la humanidad.

El astronauta Michael Collins, quien orbitaba la Luna a solas en la nave matriz mientras Armstrong proclamaba, “un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad”, observó con asombro cómo se unían todos los habitantes de la Tierra.

“Fue un logro maravilloso en el sentido de que la gente alrededor del mundo lo aplaudió: norte, sur, este, oeste, ricos, pobres, comunistas, lo que fuera”, dijo Collins, ahora de 88 años.

Esa sensación de unidad resultó efímera. Pero 50 años después, el Apolo 11, la culminación de ocho años de trabajo arduo en el que participaron 400 mil personas y se invirtieron miles de millones de dólares -todo con el fin de ganar la carrera espacial y llegar a la luna antes que la Unión Soviética- sigue provocando emoción.

En ocasión del aniversario, la NASA, poblaciones, museos y toda clase de instituciones realizan ceremonias, desfiles y fiestas. Se lanzarán simultáneamente cinco mil modelos de cohetes frente a las instalaciones en Huntsville, Alabama, donde nacieron los colosales cohetes “Saturn V”. Se probarán modelos “Apollo 11K” y “Saturn 5K” en el Centro Espacial Kennedy de la NASA.

Armstrong, quien condujo el módulo Eagle al alunizaje cuando quedaban pocos segundos de combustible, murió en 2012 a los 82 años. Aldrin, de 89 años, el segundo en pisar la superficie gris y polvorienta, estuvo enredado recientemente en una demanda legal en la que dos de sus hijos trataron de que se lo declarase mentalmente incompetente, pero desistieron. Ha mantenido una presencia discreta en los días previos al aniversario.

El reto espacial

En 1961, la NASA tenía apenas 15 minutos de experiencia en vuelos suborbitales -el histórico vuelo de Alan Shepard- cuando el presidente John F. Kennedy lanzó el reto de enviar un hombre a la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra antes del fin de la década.

Ese año, la Unión Soviética llevaba la delantera en la carrera espacial con el primer satélite, el “Sputnik”, y el primer vuelo espacial tripulado, el de Yuri Gagarin.

John Tribe, uno de los primeros científicos especialistas en cohetes de Cabo Cañaveral, consideraba imposible cumplir el reto de Kennedy.

“Estábamos en el negocio de los cohetes y por entonces estábamos haciendo cosas raras y maravillosas. Pero sí, fue un anuncio increíble en ese momento”, dijo. “Había que tener agallas”.

Al proyecto Mercury de la NASA siguieron los vuelos Gemini con dos tripulantes. El programa Apolo de vuelos con tres tripulantes sufrió un terrible revés en 1967 con la muerte de tres astronautas en un incendio durante un ensayo en la plataforma de lanzamiento. Pero los trabajos continuaban sin descanso entre temores de que los soviéticos llegarían antes a la Luna.

Bill Waldron recuerda que en Cabo Cañaveral se trabajaba “siete días a la semana, 12 horas por día durante seis meses” en los módulos lunares.

La presión en los días anteriores al vuelo era tan intensa que Collins tuvo tics en los dos ojos.

Hora cero

Al amanecer del día del lanzamiento, miércoles 16 de julio de 1969, un día de calor intenso, alrededor de 1 millón de personas atestaban las playas y caminos de lo que entonces se llamaba Cabo Kennedy en honor al presidente asesinado.

A las 9:32 hora local, el cohete “Saturn V” de 11 metros de altura se alzó con un rugido de la Plataforma 39A, transportando a los astronautas a su destino a 386 mil kilómetros del planeta. El módulo de mando “Columbia2 y el módulo lunar llegaron al satélite tres días después. Al día siguiente, 20 de julio, Armstrong y Aldrin descendieron sobre la superficie de la Luna en su módulo.

El alunizaje de los dos astronautas no era lo que más preocupaba a Collins. Más bien se preguntaba sobre el despegue de la luna y el regreso a la nave matriz. No expresó sus temores.

“Si era inconcebible, también era inexpresable”, dijo Collins a la AP. “Jamás hablamos sobre la posibilidad de quedar varados en la Luna, ni siquiera lo insinuamos. Quiero decir que no éramos tontos, sabíamos muy bien que muchas cosas debían salir a la perfección para que pudieran partir como se suponía”.

El presidente Richard Nixon había preparado un discurso para la eventualidad de un desastre: “El destino ha dispuesto que los hombres que fueron a explorar la Luna en paz se quedarán en la Luna descansando en paz”.

Sin embargo, el descenso fue más alarmante que la partida.

Faltando minutos para el alunizaje, una sucesión de alarmas de la computadora remeció al “Eagle”. Se encendieron las luces indicando precaución. Pero los controladores de vuelo habían ensayado esa situación hipotética antes del vuelo y la misión continuó.

Entonces apareció un cráter lleno de piedras en el lugar indicado para alunizar, y Armstrong tuvo que prolongar el vuelo hasta encontrar un sitio seguro.

Poco después se escuchó la voz de Armstrong: “Houston, aquí la Base Tranquilidad. El ‘Eagle’ ha descendido”.

Eran las 16:47.

“Hay un montón de tipos cianóticos aquí. Hemos vuelto a respirar”, respondió el Control de Misión.

Armstrong fue el primero en descender los nueve escalones y tocar la superficie lunar a las 22:56 horas. Aldrin lo siguió 18 minutos después.

En una gravedad la sexta parte de la terrestre, recogieron rocas, instalaron experimentos y plantaron una bandera estadounidense con un armazón de alambres para que pareciera ondear en el vacío.

Habría cinco misiones más a la superficie de la Luna -una explosión obligó a abortar Apolo 13- antes de que se abandonaran los últimos tres vuelos y se pusiera fin prematuro a todo el proyecto.

En todo caso, el primer alunizaje elevó la moral de Estados Unidos -y del planeta- cuando más lo necesitaban.

“La guerra de Vietnam, los enfrentamientos civiles y raciales, todas las cosas malas que sucedían, yo no les prestaba demasiada atención porque teníamos tanto trabajo en el mundo espacial. La Guerra Fría y todo eso”, dijo JoAnn Morgan, la única mujer en el control de lanzamiento de Apolo 11. “Fue una demostración tan extraordinaria del poder y la pasión de nuestro país”.

Y añadió: “Literalmente, hicimos exactamente lo que JFK dijo que haríamos”.

“Fue un logro maravilloso en el sentido de que la gente alrededor del mundo lo aplaudió: norte, sur, este, oeste, ricos, pobres, comunistas, lo que fuera”

Michael Collins, astronauta de la misión Apolo 11

“La guerra de Vietnam, los enfrentamientos civiles y raciales, todas las cosas malas que sucedían, yo no les prestaba demasiada atención porque teníamos tanto trabajo en el mundo espacial. La Guerra Fría y todo eso”

JoAnn Morgan, la única mujer en el control de lanzamiento de Apolo 11

Hasta en Google

Con un video que narra la llegada del hombre a la Luna, el doodle de esta mañana del buscador internacional Google conmemora que hace 50 años la misión Apolo 11 de la NASA aterrizó con éxito en la superficie lunar.

Trump se reúne con astronautas

El presidente Donald Trump conmemoró el aniversario 50 de los primeros pasos del ser humano en la Luna, al reunirse en la Casa Blanca con los astronautas de la misión Apollo 11.

Flanqueado por Buzz Aldrin, Mike Collins y la familia del comandante de la misión Neil Armstrong en la Oficina Oval, Trump fue informado de los planes de su gobierno de enviar a astronautas de regreso a la Luna y a Marte, así como los avances de los vuelos espaciales comerciales y la reutilización de los equipos espaciales.

“Traeremos de vuelta el glamur” al programa espacial, dijo Trump durante el evento en el que fue acompañado por la primera dama Melania Trump, el vicepresidente Mike Pence y el administrador de NASA, Jim Bridenstine.

Trump instruyó a Bridenstine a escuchar “el otro lado” de su plan de exploración en Marte, en referencia a las preocupaciones de que la forma más eficiente para llegar al planeta rojo no necesariamente comienza con una visita lunar. El actual plan de NASA incluye a la Luna como un trampolín para llegar a Marte.

Aldrin le dijo a Trump que estaba frustrado de que no se hayan logrado más avances al espacio en la última década. AP

Carrera actual para regresar a la Luna

A 50 años de la llegada del hombre a la Luna, las ambiciones de la humanidad por su conquista ahora van más allá a partir de nuevas misiones tripuladas de Estados Unidos y Rusia, los planes de SpaceX de realizar viajes turísticos en 2024 o de China de convertirla en base para saltar a Marte.

Misión conjunta

Estados Unidos y Rusia proyectan enviar misiones tripuladas en 2024 y 2025, de manera respectiva, y convertir al satélite en una base permanente para futuras misiones, una vez que la Estación Espacial Internacional (EEI) deje de funcionar en seis años.

China

El 3 de enero pasado China logró enviar una nave no tripulada al lado oscuro de la Luna. El alunizaje de la nave espacial china “Chang'e-4” representa el primer paso de una ambiciosa carrera espacial, que contempla el envío de una misión tripulada en los próximos años para establecer una base permanente, desde donde se planea despegar a Marte en 2030 y comenzar a colonizarla a mediados del presente siglo.

Europa

La Agencia Espacial Europea (ESA) proyecta enviar un humano a la Luna en 2025 ó 2026

Australia

Se prepara para explotar minas en la Luna para obtener agua y otros recursos en menos de una década

SpaceX

Otro de las grandes ambiciones de la humanidad sobre la Luna es convertirla en un importante destino turístico en el futuro, por lo que empresas privadas como SpaceX de Elon Musk y Blue Origin de Jeff Bezos, dueño de la compañía de comercio en línea Amazon, desarrollan naves espaciales para hacer esto realidad. De hecho, el primer viaje espacial turístico hacia la Luna está previsto para 2023 y lo realizará el multimillonario japonés Yusaku Maezawa, fundador de la compañía japonesa de venta de ropa en línea Zozo, quien pagará a SpaceX una suma no revelada para tener dicho privilegio.

Estados Unidos

Para alcanzar su objetivo de regresar a la Luna, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destinó en mayo pasado mil 600 millones de dólares más al presupuesto de 21 mil millones de dólares de la NASA. Los fondos serán destinados para impulsar el proyecto Campaña Nacional de Exploración del Espacio, que prevé misiones de exploración humana y robótica para expandir las fronteras de la experiencia humana en otros mundos y el cosmos.

La próxima misión espacial estadounidense, denominada Artemisa, en honor a la hermana gemela de Apolo en la mitología griega, tiene como objetivo establecer una base permanente en el polo sur del satélite natural con presencia humana permanente a más tardar en el año 2028.

Rusia

La Agencia Espacial Federal de Rusia (Roscosmos) prevé realizar sus próximos viajes de exploración lunar hasta 2029 y regresar a sus cosmonautas al satélite natural un año después, para dar tiempo a la fabricación de su nueva nave “Federation”, así como un módulo de aterrizaje. Dmitry Rogozin, jefe de Roscosmos, reveló a fines de mayo pasado que la nueva nave espacial será capaz de llevar a cabo misiones de hasta 30 días y podría permanecer en el espacio hasta un año, el doble de tiempo que la “Soyuz”, con lo que “Federation” podrían aterrizar con cosmonautas en la Luna en 2030.

India

El pasado 15 de julio la India lanzó su segunda misión no tripulada a la Luna, “Chandrayaan-2” que explorará el polo sur de la superficie lunar.

Israel

Aunque fracasó en abril pasado en su misión de convertirse en el cuarto país del mundo en posarse en suelo lunar, planea nuevos viajes. Después de un viaje de ocho semanas, la sonda israelí “Beresheet” se estrelló el 11 de abril pasado, poco después de comenzar las maniobras de descenso al satélite natural de la Tierra, aparentemente por una falla en su motor principal y otros problemas en su sistema de comunicación.

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