La fotograf�a para abrir di�logos y ventanas

2019-09-14 20:18:36

Tem�ticas. Migraci�n, hospitales psiqui�tricos, pobreza extrema y ritos mortuorios en nuestro pa�s han sido algunos de los discursos que Rafa del R�o ha buscado animar a trav�s del arte visual. (Foto: Cortes�a Adriana Navarro)

Durante su trayecto, el fotoperiodista tapatío Rafael del Río ha documentado temas crudos con una mirada casi siempre puesta en la luz de la esperanza. Migración, hospitales psiquiátricos, pobreza extrema y ritos mortuorios en nuestro país han sido algunos de los discursos que ha buscado animar a través del arte visual. 

Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, realiza varios trabajos simultáneos viajando por varios estados del país y buscando publicar varios tomos de su más reciente trabajo.

NTR. ¿Cómo te adentraste en la fotografía? 

Rafael del Río (RR). Formalmente estudié ciencias de la comunicación en el ITESO, aunque tenía poca experiencia en las artes visuales, siempre tuve el lenguaje cinematográfico como algo presente y muy cercano, también estuve ligado a la literatura desde muy joven, sobre todo al periodismo y la literatura latinoamericana, que era lo que leía con mayor regularidad, esa fue mi estructura, pero todos los lenguajes culturales a mi alrededor fueron pilares en mi acercamiento. Yo quería hacer periodismo escrito, pero ya estando en la carrera me fui dando cuenta de que lo visual me llamaba la atención, comencé a hacer primeros trabajos y a enriquecerme de experiencias específicas y me di cuenta que mi mejor manera de comunicarme era con las imágenes.

NTR. ¿Cuál dirías que fue una experiencia fundamental? 

RR. En algún punto de la carrera nos enviaron a un grupo de alumnos a hacer servicio social en El Salvador, llegamos un día antes de los acuerdos de paz después de 10 años de guerra civil, después hice amigos y volví varias veces a dar talleres y hacer trabajo colectivo con ellos; me acuerdo que ese viaje en particular me marcó muchísimo, después de un periodo largo de violencia comenzaba uno de transición, muy complicado. En ese entonces entendí que la mejor forma de narrar o intentar contar todo lo que estaba pasando era a través de las imágenes. Ahí comencé a trabajar con la fotografía a nivel personal, porque no te lo enseñaban de todo en la escuela. Fui a talleres y diplomados, me acerqué a mis maestros.

NTR. ¿Sentiste que no había otra forma de comunicar esto? 

RR. Es trabajar el sentido de la construcción de la imágen. De verdad creo que la fotografía es un texto, cuando uno está haciendo fotos estructura ideas y hace narraciones sobre historias, emociones y situaciones complejas, el lenguaje que me ha servido a mí para expresar es el visual, pero se compone igual de una estructura del lenguaje.

NTR. ¿Cómo has decidido los temas en los que trabajas? 

RR. Para mí es importante el factor de la sorpresa, la realidad siempre me salta, a veces incluso caminando las calles de mi propio barrio sin advertir quién vive aquí o allá, me motiva la búsqueda de la estética en los lugares menos sospechados. Me queda claro que el trabajo que he hecho no es propiamente para colgarse en tu sala. No tiene esa intención. He buscado reflexionar y verme en ese camino de reflexión; la fotografía es un poco un espejo de las personas que me he encontrado, los lugares que he visitado y las circunstancias que me han tocado profundamente, lo que he tratado de hacer con la fotografía es acercarme a  las historias de vida de las personas con las que he tratado, muchas tienen que ver con situaciones límites, frágiles, delicados en lo social, no cualquiera puede solventar o sobrevivir a esas circunstancias, eso me ha enseñado.

NTR. ¿Cómo has llegado a los límites éticos con los que trabajas? 

RR. Se tiene que tener respeto y cuidado cuando trabajas con la dignidad y la realidad de alguien más, el sentido del periodismo tiene que ver con la ética del fotógrafo y de los filtros mediáticos con los que se distribuye la información y el contexto. No se puede sacrificar todo en nombre de una toma, sobre todo hay que cuidar el diálogo, pero hacer una foto es muy parecido a relacionarte con una persona, y se da por ejemplo en si conoces o le tomas una foto a una persona que acabas de conocer en un día o una hora, porque entre más cerca estés más te será posible dialogar y profundizar la discusión a esa persona. La ética está ligada a estar cerca y ser lo más receptivo posible.

NTR. ¿Cómo se construye la mirada particular de cada artista detrás de la cámara? 

RR. La escuela está en la calle, estar afuera me ha sido importante, lo técnico lo aprendes con tiempo, las tecnologías han hecho más simple aprender las técnicas, tiene ventajas porque ha resuelto las técnicas, el cómo ya no es problema, hay muchas visiones que reflejan lo que está pasando de manera veloz: en el fondo la discusión sigue siendo la misma, cómo construir sentido, cómo profundizar los mensajes y depurar la formación de cada fotógrafo como creador, buscar su voz propia. Qué decir.

NTR. ¿Qué lecciones te han dado los temas con los que trabajas? 

RR. He aprendido mucho respecto a la forma de ver la vida, he tratado temas muy difíciles, pero casi siempre me quedo sobre todo con la búsqueda de la luz, de estar bien, de una construcción más allá de lo trágico. Siempre hay gente que busca seguir y eso es tremendamente inspirador. Ahora estoy trabajando con el tema de los desaparecidos, que es un tema súper fuerte, uno de los peores reflejos de la violencia que estamos viviendo y ha sido muy delicado. He trabajado también con temas sobre la muerte vista desde diferentes culturas, pero hoy no trabajaría con la violencia y la muerte del narcotráfico, no le encuentro sentido a documentar eso, es una deshumanización total, es algo que trabajo por cuestiones de trabajo, pero en realidad no me interesa porque ahí no hay un fondo, es un sinsentido, hay que intentar entendernos como personas, creo. Sé que es importante registrarlo, pero mis búsquedas son otras.

NTR. ¿Qué es lo más hermoso de hacer fotografía? 

RR. Sigo con la idea del taller, de la escuela de la calle, de caminar. Para mí la fotografía es sobre todo un viaje interno que te ayuda a pensar y a conocerte un poco más en lo que estás viendo y lo que estás pasando. Lo que ves afuera. Uno se entiende en el momento en que habla con el otro, con su complejidad y diversidad. Lo más fácil es cerrar los ojos, quedarnos en nuestra casa como si el vecino no importara, dejar de escuchar: la fotografía es generar diálogos, abrir ventanas y pensarse en lo colectivo.

Radiografía. 

  • Último libro que leyó: Flor de juegos antiguos de Agustín Yáñez, quien, además, nació a unas cuadras de la casa de sus papás
  • Película que recomienda: Había una vez… en Hollywood, “que juega mucho con la idea de los roles que le asignamos a la gente que no conocemos, el dilema entre lo que tendría que ser y lo que es” 
  • Consejo para un joven fotógrafo. “Que experimente y camine mucho. Que no se la crea” 
  • Fotógrafos jóvenes que admira. Fabricio Atilano y Jorge Alberto Mendoza 
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“Para mí la fotografía es sobre todo un viaje interno que te ayuda a pensar y a conocerte un poco más en lo que estás viendo y lo que estás pasando”

“Cuando uno está haciendo fotos estructura ideas y hace narraciones sobre historias, emociones y situaciones complejas”

“Para mí es importante el factor de la sorpresa, la realidad siempre me salta, a veces incluso caminando las calles de mi propio barrio sin advertir quién vive aquí o allá” 

Rafa del Río, fotógrafo 

Temáticas. Migración, hospitales psiquiátricos, pobreza extrema y ritos mortuorios en nuestro país han sido algunos de los discursos que Rafa del Río ha buscado animar a través del arte visual. 

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