Una de frailes y arquitectura

2019-10-08 23:16:19

Me colé en la reunión del Colegio de Arquitectos gracias a un amigo, Carlos Irigoyen. Llegué con tenis verdes y una playera manchada de mole y reconocí en la entrada a varios arquitectos de vestido largo, traje y corbata, pero cuando lo vi de lejos, con sus 90 años, un caminar despacio y un abrazo para todos, dejé de sentirme mal.

Desde hace varios años he seguido el trabajo de fray Gabriel Chávez de la Mora, el creador no sólo de la fuente tipográfica que vemos en muchos templos, biblias, catecismos, altares y un sinfín de parafernalia católica (religión que parece no apreciar mucho su trabajo original, pues sigo encontrando copias cada vez más feas). Chávez de la Mora es también el arquitecto de varias capillas y espacios dedicados a la contemplación y al servicio a los otros, e incluso una construcción ecuménica, además de diseño, pintura, escultura, orfebrería…

Fray Gabriel fue primero arquitecto y después fraile. Él mismo comentó en la charla que pensaba que se iba a retirar de la arquitectura cuando tomó los votos, pero que poco a poco su comunidad le fue encargando cosas. Así tenemos al maestro de una estética que comulga con su escuela, la de arquitectura de la Universidad de Guadalajara, la de Ignacio Díaz Morales, de Goeritz, Hartung y Cadore, la que seguía varias líneas didácticas de la Bauhaus y cambió la arquitectura nacional, pero que también se conecta con su fe católica, fundada, aunque a veces se le olvide, en el servicio y el amor a los demás.

La ceremonia fue sencilla. Fray Gabriel diseñó un premio que el Colegio otorgará desde este año, y también es el primer reconocido con este galardón, cuyo diseño está inspirado en Le Corbusier. Nos dieron la mitad de una hoja tamaño carta escrita con su letra, explicando el proceso creativo de la pieza, una verdadera cátedra breve de escritura, hecha con inteligencia y lucidez. Finalmente, la arquitectura es un trabajo colaborativo y generoso. Quien hace arquitectura hace un servicio a los otros, y esta sentencia no es mía: es de la última curaduría de la Bienal de Arquitectura de Venecia.

Al final de la charla llegaron las fotos con el maestro. También vino y canapés y un cuarteto de cuerdas, un coctel lejano a los intereses de fray Gabriel. Yo esperaba la oportunidad de preguntarle algo, pero cuando me tocó turno ya estaba por irse y me respondió solamente un par de preguntas. ¿Qué le gusta de la arquitectura? “Que sirva para quien la va a habitar, y me gusta la que no estorbe, la que le ayude a ser mejor”.

@doloresgarnica

JJ/I

 
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