Sexualidad y escuela

2019-10-15 00:06:16

La transexualidad es una realidad. No se trata ya de juzgar si es natural, moral, correcta o legal; existe de manera abierta y transparente. Ante tal situación debiera la sociedad ser sensible en las necesidades de dicha población.

En mi vida de educador he convivido con docentes, padres y alumnos que me han confesado en la privacidad su forma de sentir desde niños, sus necesidades, inclinaciones y gustos, frustraciones y enojo cuando crecen obligados a tener comportamientos diferentes a su inclinación sexual. Tal experiencia me ha permitido eliminar cualquier homofobia y entender toda despolarización sexual, lo que no es lo ordinario en México, donde aún es señalado y juzgado todo aquel que se atreve a manifestar abiertamente su transexualidad.

La Asociación Mexicana para la Salud Sexual estudia las investigaciones científicas que certifican que los transexuales sufren cambios hormonales y neuronales desde temprana edad, así como los procesos y presiones familiares de reconstrucción de identidad sexual, que suelen generar serios conflictos. Lo cierto es que en países de Europa y Norteamérica llevan delantera en temas de la diversidad sexual que generan sociedades incluyentes y más justas, respetuosas y pacíficas en torno del tema de sus derechos como seres humanos.

México debe continuar aplicando modificaciones a leyes laborales que los protejan de acoso y discriminación o cambio de identidad legal, entre otros. Es un tema educativo que debe tratarse en escuelas y familia, y que por años resultó un tabú. Hoy hablar de una población LGBT+ es obligado, ya que no podemos seguir negando que la naturaleza no se limita a la polarización de hombre y mujer.

Si por ejemplo los hospitales y la Suprema Corte estudian dichos temas, entonces la escuela y la familia deben abrir espacios para enseñar el respeto, la convivencia y la igualdad. Mientras en México seguimos discutiendo la pertinencia de temas legales, médicos o educativos, en otros países se vive ya en armonía en la convivencia familiar, laboral y social con la comunidad LGBT+.

También es cierto que hay países como India, Rusia, Arabia Saudí, Uganda, Honduras, Argentina o Venezuela que viven serios problemas de aceptación y México ocupa el lugar 15 en violencia sexual, por lo que debemos evolucionar. Es un tema de humanidad más allá de la religión: “¿Quién soy yo para juzgar? Las tendencias no son pecado”, afirmó el papa Francisco.

@Saucedodlallata

JJ/I

 
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