Ausencias sin�castigo

2019-11-28 01:04:00

Cada vez es más frecuente que los políticos falten a sus obligaciones aludiendo atender otros compromisos más importantes a los que fueron electos o nombrados. 

En los Congresos, ya sean local o federal, esta situación es muy notoria y sensible. Los diputados suelen faltar con frecuencia a las comisiones a las que pertenecen, sin explicación alguna, o hasta a los eventos importantes. 

Si tomamos como ejemplo lo que ocurre en el Poder Legislativo de Jalisco y si se exhibiera el registro de faltas a comisiones por diputado, encontraríamos sorpresas y conoceríamos los nombres de todos los que suelen ausentarse. 

Casi siempre son los mismos, porque ya se les hizo costumbre no acudir y dan prioridad a sus actividades en sus distritos o a sus asuntos personales. Y lo malo es que no pasa nada. Si faltan, nadie les recrimina ni les exigen cuentas o los cuestionan sobre su ausencia; tampoco están obligados a dar explicaciones y mucho menos se les contabiliza la falta para una sanción administrativa y mucho menos una económica. 

La lógica y la evidencia nos llevan a señalar, sin temor a equivocarnos, que no se quieren poner la soga en el cuello; obviamente no quieren autocastigarse, porque sin importar el color partidista, en estos temas todos se apoyan. No quieren autoimponerse sanciones, de las cuales después tengan que renegar, padecer y exhibirse. 

Actualmente ni la Ley Orgánica del Poder Legislativo ni el reglamento de esa ley castigan las ausencias de los legisladores en comisiones; sólo lo hacen con las sesiones plenarias. 

El artículo 26 habla de las obligaciones de los diputados y la fracción dos señala que debe “asistir a todas las sesiones que celebre el Congreso del Estado; en caso de falta injustificada se le reduce de su dieta, lo equivalente a un día de trabajo”. Aun así no se cumple, porque todos cuando faltan presentan justificantes para evitar el descuento o simplemente no lo ponen en acción. 

En esta Legislatura alguien intentó hacerlo también para las comisiones y la hicieron recular. 

La novel legisladora del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) Patricia Meza presentó en julio una reforma a la ley orgánica para buscar que también se castigara con descuento laboral cuando se ausentaran de comisiones, y más tardó en hacerla en que le dijeran que la retirara. 

Así que sólo apareció unos días en el apartado de iniciativas presentadas y luego se corrigió señalando que siempre no la había presentado. Y ahí se quedó durmiendo el sueño de los justos y ya casi acabándose el año. 

Las únicas veces que, como espectadores, nos percatamos de las ausencias de los legisladores son cuando sus votos hacen falta para inclinar la balanza en algún asunto, cuando era un tema suyo o de su fracción y no estaba. 

Eso ocurrió antier cuando se discutió el dictamen de la ley estatal de ingresos 2020 en la Comisión de Hacienda, una de las tareas más importantes del año, y hubo ausencias de dos legisladores: la panista Irma de Anda y el de Morena Bruno Blancas. ¿Y quién les llamó la atención, les exigió explicaciones o rendición de cuentas? Nadie… y nada pasa. 

Pero, ¿qué tal si hubiera la presión de descontarles el día laboral? Seguramente habría menos faltas o estarían mejor justificadas. ¿Quién se animará a ponerse la soga al cuello? 

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