La primera gran�guerra�digital�

2020-01-07 06:00:00

Irán y Estados Unidos están en una trayectoria de colisión que parece irreversible. El ataque ordenado por Trump en el que resultó asesinado Qassem Soleimani, un popular líder militar iraní, constituye una legítima causa de guerra para aquel país en el que la población se ha volcado a las calles en apoyo a una represalia. 

Esperando que prevalezca la cordura y se pueda evitar un escalamiento del conflicto, la realidad es que las condiciones globales actuales favorecen que la situación se salga de control. 

Al analizar paso a paso la cadena de causas que condujeron al panorama actual, las tecnologías digitales emergen como un factor importante. 

Primero, las redes sociales como Twitter y Facebook desplazaron a los medios tradicionales como la principal fuente de información para la mayoría de la gente. 

Segundo, sin un control de calidad efectivo de lo que se publica, florecieron las fake news y los líderes políticos de la posverdad, como Donald Trump, que generan discursos que apelan a emociones legítimas de la población, pero comunicando falsedades y polarizando posiciones. 

Tercero, gobiernos como Rusia usaron las redes sociales como arma cibernética para lanzar campañas de contenido falso a votantes estadounidenses cuidadosamente perfilados para influenciar un voto favorable a Trump con el objetivo de debilitar la democracia americana. 

Cuarto, con la exitosa elección de Trump empieza un proceso de erosión de las instituciones domésticas e internacionales hasta tal punto que el presidente puede ordenar un ataque de tal magnitud como el de Soleimani sin consultar al Congreso y comunicando directamente por Twitter sus intenciones. 

Quinto, la mayoría demócrata en la Cámara baja, liderada por Nancy Pelosi, intenta una última línea de defensa frente a esta erosión con el proceso de impeachment, pero el daño institucional está tan avanzado que la campaña mediática que Trump, los republicanos y Fox News realizan en redes sociales podría conseguir el apoyo de la población para desmontar el juicio político e incluso conseguir una reelección… fortaleciendo con esto la erosión a las instituciones. Es la validación democrática del desmantelamiento de la democracia. Nada más irónico. 

¿Qué nos puede esperar en los próximos meses? 

Hay procesos importantes en marcha para corregir las omisiones y malas prácticas en las redes sociales en términos de control de calidad de los contenidos, aunque seguramente llevará tiempo balancear la libertad de expresión con la divulgación planeada de información falsa con fines políticos. 

Un presidente como Trump protegido por el Partido Republicano, usando Twitter sin escrúpulos para enardecer con engaños a la población, es un peligro. 

Acabo de leer un artículo de Business Insider que habla de un estudio reciente en el que se le preguntó a centenares de ciudadanos en Estados Unidos si aprobarían un ataque nuclear en el que perdieran la vida 2 millones de ciudadanos iraníes para salvar la vida de 20 mil soldados estadounidenses, y 60 por ciento respondió que sí lo aprobaba. El artículo usa ese estudio entre otros argumentos para advertir que el uso de armas nucleares en una guerra podría estar más cerca de lo que pensamos. 

En Irán, donde el odio a Estados Unidos entre la población está alcanzando máximos históricos, posiblemente se decida acudir a tácticas de guerra menos frontales, como los ataques cibernéticos, que en un mundo cada vez más conectado pueden generar mucho daño. 

No sé si todavía hay tiempo para evitar un escalamiento del conflicto entre Estados Unidos e Irán con potenciales complicaciones globales. Lo que tengo claro es que los líderes que impulsan una visión más globalista y colaborativa del mundo necesitan mejores herramientas para contrarrestar la influencia de los falsos mesías autoritarios y transformar el odio dogmático en empatía constructiva. 

jl/I

 
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