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2020-01-12 06:00:00

“Pero el tema con el que siempre se asociará el nombre de M. Tisserand es la Mecánica Celeste” 

William E. Plummer, Nature, Vol. 54, October 29 (1896), p. 628 

 

Originario de la región vitivinícola de Borgoña, François-Félix Tisserand nació en Nuits-Saint-Georges, Cote de Or, el 13 de enero de 1845 (un obituario consigna el 15, aunque la mayoría de las fuentes menciona el 13), quien a los 18 años se tituló como el primero de su clase en la muy prestigiosa Ecole Normale Superieure de París y según menciona la doctora Suzanne Débarbat: “En ese momento Urbain Le Verrier era el director del Observatoire de Paris (ObsPar). Le Verrier reclutó al brillante Tisserand para encontrar errores en la teoría lunar de Charles Delaunay” (Biographical Encyclopedia of Astronomers, Springer 2007, p. 1142). Logra el Doctorat d’Etat en 1868 y para 1873 lo nombran director del Observatorio Astronómico de Toulouse además de profesor en la Facultad de Ciencias de dicha localidad. 

En el emotivo obituario publicado en Nature se relata que para mayo de 1873 Tisserand se hace cargo de la cátedra de Astronomía Matemática en Sorbonne Université, y sobre dichas lecciones relata Plummer: “la presentación de las cuales ha sido atendida con los resultados más felices” (Op. Cit). Además de sus labores docentes, que le permitieron establecer el llamado Criterio de Tisserand respecto a si un cometa sería periódico o no, en el ámbito de la investigación le tocó la época de las grandes expediciones, y al efecto participó en las relativas al tránsito de Venus de 1874 (Japón) y 1882 (Martinique) y para el eclipse solar de 1868 viajó hasta la península de Kra Isthmus en el Golfo de Tailandia. En 1892 lo nombran director del ObsPar, continuando los esfuerzos del proyecto internacional Carte du Ciel para lograr un atlas fotográfico celeste. 

Su obra magna fue el Traité de Mécanique Céleste, el último de sus cuatro volúmenes se publicó el mismo año de su muerte (1896) por “congestión del cerebro” a los 51 años, justo un día después de participar en una cena de boda, el tratado actualiza el trabajo de su paisano Pierre-Simon de Laplace, sobre él prescribe la doctora Débarbat: “los especialistas deben leer a Tisserand para comprender mejor a Jules Henri Poincaré y Albert Einstein”. 

Twitter: @durrutydealba 

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