Davos�es�Trump�vs.�Thunberg�

2020-01-21 06:00:00

Estamos ya en 2020 y en el Foro Económico Mundial en Davos la discusión más importante sigue siendo un entendimiento básico sobre el cambio climático… ¿existe o no? ¿Es urgente o falta mucho? 

Los protagonistas de una y otra postura no podrían ser más contrastantes entre sí. Por un lado, un presidente de 73 años de la nación más rica del mundo; por otro lado, una activista de 16 años que decidió dejar de ir a la escuela porque no tenía sentido si no había futuro para el planeta. 

Donald Trump salió a denunciar a los “profetas fatalistas” del calentamiento global que ponen en riesgo a la economía heredando predicciones erróneas del pasado y Greta Thunberg replicó más tarde que “nuestra casa sigue en llamas” y aunque ha habido muchas promesas de transformación, los líderes no están actuando con firmeza. 

No tengo duda de que dentro de algunas décadas, cuando se estudie este periodo de la historia, habrá una foto de Trump y otra de Thunberg junto a un artículo que describa el momento en el que la humanidad tuvo su última oportunidad de prepararse frente al evento más disruptivo de su existencia. 

Lo que todavía puede cambiar es lo que se escriba al respecto de lo que hicimos después de esta oportunidad. Colapso o adaptación. Estancamiento o crecimiento sostenible. 

Jared Diamond, autor del fabuloso libro Guns, Germs and Steel (Armas, gérmenes y acero), popularizó el caso la cultura rapanui de la Isla de Pascua, como ejemplo de una civilización que colapsa por abusar de los recursos finitos de su entorno. 

Estamos atorados en la Tierra, como los rapanuis estaban atorados en su isla en el siglo 15, y también como ellos estamos viviendo de procesos económicos que no están alineados con los procesos naturales. El resultado para ellos fue una disminución drástica de los recursos disponibles, aumento del conflicto y finalmente reducción del número de habitantes. Algunas fuentes históricas incluso hablan de canibalismo. 

Dos antropólogos de la Universidad de Hawái, Terry Hunt y Carl Lipo, han tratado de defender que la historia de los rapanuis no es de fracaso, sino de éxito, porque lograron adaptarse a las condiciones cambiantes de su entorno. 

Y aquí es donde viene la gran bifurcación de escenarios para la humanidad.  

En uno, la humanidad sigue su curso actual, consumiendo recursos a mayor velocidad que la que el entorno puede reponerlos y contaminando en un mayor volumen que lo que el medio ambiente puede absorber. Este camino dejará zonas del planeta inhabitables, desplazará millones de personas, provocará conflictos por recursos, matará de muchas formas a un porcentaje importante de la población, incrementará la desigualdad… y la civilización global como la conocemos colapsará en muchos frentes.  

En este escenario la humanidad sobrevive sin duda, pero a un costo altísimo en calidad de vida y suponiendo un retraso de siglos al crecimiento como civilización.  

En otro, se empiezan a tomar medidas simultáneas de reducción de emisiones de dióxido de carbono y de adaptación profunda. Unas para dejar de hacerle daño a la atmósfera y otras para prepararnos para las consecuencias del daño ya hecho. Este curso de acción podría ahorrarnos costos climáticos y generar un estímulo a la innovación en tal magnitud que podamos no sólo sobrevivir a los cambios en nuestro planeta, sino mantener nuestro ritmo de crecimiento. 

Este escenario es al que muchos apostamos porque le da sentido a nuestra existencia. ¿Para qué hemos avanzado tanto en conocimiento y tecnología si vamos a permitir que nuestra civilización colapse? Hay todavía mucho universo por explorar y le debemos a las generaciones futuras una oportunidad para hacerlo. 

Twitter: @ortegarance 

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