El Congreso, como los�cangrejos

2020-02-19 06:00:00

Entre los recuerdos de mi infancia tengo una conversación con mi madre, a partir de que la escuché referirse a alguna situación diciendo que parecía que andábamos como los cangrejos. Como en esa época yo sólo conocía a los cangrejos que aparecían en la enciclopedia, no entendía a qué venía la referencia, por lo que mi madre tuvo que explicarme que los cangrejos caminan para atrás. Su explicación me pareció muy extraña, no podía imaginarme algo así, y solo varios años después pude ver cangrejos vivos caminando y constatarlo. 

La anécdota la traigo a cuento porque tal parece que la actual Legislatura del Congreso del Estado de Jalisco, la 62, adoptó la dinámica de los cangrejos, tomando varias decisiones que van en sentido contrario de lo que se había logrado en las dos legislaturas anteriores. Van ejemplos. 

En la Legislatura 60 hubo un escándalo debido a la discrecionalidad con la que se gastaba el dinero presupuestado para la operación de las denominadas Casas de Enlace Legislativo, que se evidenció cuando se comprobó que un diputado comprobó los 60 mil pesos que se le habían asignado de esa partida con facturas por la compra de tampones y Bubulubus. Debido a que esos gastos no se justificaban, los entonces diputados Celia Fausto y Miguel Castro habían renunciado a recibir ese dinero, pero tras el escándalo, una por una todas las fracciones legislativas fueron renunciando públicamente a recibirlo, y no asignaron dinero a esa partida en los dos siguientes presupuestos que les correspondió aprobar. 

Posteriormente, la Legislatura 61 eliminó definitivamente del presupuesto esa partida. Sin embargo, ahora la Legislatura 62 ha aprobado otorgar 60 mil pesos a sus integrantes para que puedan financiar la presentación de informes anuales a sus electores. Habrá que solicitar por transparencia las facturas con las que justificarán ese gasto, así como las reglas para ejercer esa partida. 

Por otra parte, las Legislaturas 60 y 61 hicieron el intento de reducir la nómina del Congreso, la cual presumiblemente está conformada en una gran parte por aviadores, es decir, personas que se presentan a recoger su cheque, pero no es posible ubicarlas fuera de esas fechas. Es preciso reconocer que esos intentos fracasaron, y en esta Legislatura se propuso un programa de retiro voluntario, también para adelgazar la nómina, pero como no funcionó, decidieron utilizar el dinero de esa partida para que contratar dos personas más para cada diputación, es decir, 76 personas más, que supuestamente les ayudarán a terminar de hacer el trabajo que se les acumuló. 

Por cierto, ese trabajo se les acumuló por su falta de pericia legislativa, dado que asumieron que la mejor forma de desquitar su trabajo era presentar iniciativas de ley a destajo, al grado de que en su primer año esta Legislatura ya acumuló la misma cantidad de iniciativas que presentaron en tres años las dos Legislaturas precedentes. Sin embargo, en lo referente a las leyes, lo mejor sería que se enfocaran en hacer pocas leyes, pero basadas en diagnósticos profundos, e incluyendo a la ciudadanía en su hechura, en vez de muchas que probablemente no sirvan de mucho, como lo ha demostrado el Observatorio Legislativo del ITESO. 

Y en cuanto a la contratación de personal, el Observatorio Legislativo tiene años proponiendo que el personal adscrito a las comisiones legislativas ingrese a través de concursos de oposición, para que sean empleados del Congreso y no de quien preside la comisión. Le corresponde a la ciudadanía no dejar que haya retrocesos en el Congreso, y si los hay, castigarlos en las siguientes elecciones. 

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