El camino de�la reina

2020-02-25 06:00:00

La serie The Crown nos recuerda un caso emblemático de insensibilidad del Estado ante una tragedia mayor. 

En octubre de 1966, una avalancha de lodo proveniente de una montaña de escombros sepultó una escuela en el pueblo minero de Aberfan (en Gales). Murieron 144 personas, la gran mayoría niños, en lo que se constituyó como una de las mayores tragedias de la minería británica. 

A pesar de ello, la reina Isabel no se presentó sino hasta ocho días después al lugar para rendir consuelo a los deudos. La monarca confesó que tal insensibilidad ha sido el peor error de su largo reinado. 

Esto viene a cuento porque nuestros líderes parecen estar siguiendo el mismo camino. 

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, parece empeñado en cruzar espadas con los medios impresos de la ciudad y algunos de los periodistas más reconocidos. 

El sábado pasado se refirió a la columna del periodista Rubén Martín en la que trataba el tema de mujeres desaparecidas. Alfaro escribió: “Esta columna es un ejemplo de irresponsabilidad, no sólo porque afirma que las distintas instancias de este gobierno no responden de manera adecuada, sino porque simplemente está hecha para difundir mentiras”. 

El problema consiste en que el gobernador pretende interpretar las intenciones de los periodistas y hasta llama mentirosos a todos los que no comparten su visión. Esto es grave porque habla de absolutismos y representa un patrón en su comportamiento. 

La Amedi le recordó que “no es mediante descalificaciones o denostaciones como se ejerce el derecho de réplica”. 

Argumenta que los delitos que le corresponden a su administración han bajado 30 por ciento y que esto es un asunto de percepción. Un hecho indiscutible es que los indicadores en homicidios y desaparecidos (cifras clave en el termómetro social) no han bajado y, por el contrario, cerramos 2019 como los más altos de la historia. 

Como la mayoría no compartimos con Alfaro su percepción de que Jalisco es la nueva Suiza, entonces se prende como bosque en primavera. 

No pretendo culpar exclusivamente al gobernador por la inseguridad que se vive. Existen múltiples causas históricas y responsables en todos los niveles de gobierno (desde hace mucho tiempo). 

Pero culpar a los periodistas de que no mejore la sensación de tranquilidad entre la población es una actitud maniquea. 

El gobernador ha repetido una y otra vez que hay muchos asesinatos porque se matan entre delincuentes (con ello, pretende restar importancia al fenómeno). Suponiendo sin conceder, esto nos pone ante una tragedia mayor: cada vez hay más personas en la ciudad que, carentes de oportunidades, optan por una vida delincuencial y luego terminan asesinados. Es una aceptación explícita de que las políticas estatales no están dando opciones viables para que la ciudadanía ande por el buen camino. 

Me parece que, como la reina, su falta de sensibilidad lo está alejando peligrosamente de la aceptación popular. Hay que recordar que su popularidad ha caído en picada desde que ganó la elección: según Consulta Mitofsky se encuentra en 31 por ciento. 

Por otro lado, se encuentra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. La semana pasada dijo respecto a la jornada en contra de la violencia de género que “hay mano negra para decirlo con mucha claridad, suavecito, suavecito, para que no se vayan a enojar”. 

Aquí me adhiero al argumento de Denise Dresser: “Para los conservadores de la 4T las mujeres no tienen voluntad propia. Detrás de ellas hay una mano negra que las manipula. Son tontitas. Son ingenuas. Es necesario rescatarlas de sí mismas e impedir que marchen o promuevan paros vs la violencia o por sus derechos. Así las cosas”. 

Y con eso en mente, nos vamos con la del estribo: con este tipo de actitudes, ambos dirigentes, muestran su talante de insensibilidad social. 

Twitter: @cabanillas75 

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