Disputa

2020-04-12 06:00:00

Las entidades federativas, los gobiernos municipales y provinciales, y aún la Organización Mundial de la Salud (OMS) han cometido errores en la forma de enfrentar la crisis del Covid-19. ¿Cómo no cometerlos cuando estamos frente a una situación inédita, vamos aprendiendo en el camino? El problema no está en la comisión de errores sino en el no aprender de ellos y repararlos. No obstante, hay un problema mayor: el uso de los errores del rival político para autoerigirse como el dueño de la verdad y de las decisiones correctas.

La experiencia internacional muestra que los estados más pequeños y débiles son los que más han sufrido la intensidad de la pandemia. No son EU, China, Italia, España, Francia, Alemania o Irán quienes cuentan con mayor densidad de casos con respecto a su población, sino pequeños estados sin mayor margen de maniobra propio: San Marino, el Vaticano, Andorra, Luxemburgo e Islandia. Al interior de las naciones destacan algunos casos de ciudades dinámicas que históricamente han desarrollado lógicas de distinción o separación con respecto al estado nación al que pertenecen (el caso más extremo en esta crisis es el de la “moderna” ciudad de Guayaquil, frente a la tradicional capital Quito, en Ecuador. En cambio, las dos naciones más pobladas han llevado políticas eficientes de contención, pese a su inmensa heterogeneidad económica y cultural: China y la India.

El generar en nuestro estado y país un discurso político de permanente descalificación al gobierno federal, llegando inclusive a la amenaza de abandono del pacto fiscal, no es un juego: las consecuencias económicas y vitales derivadas no sólo de la descoordinación, sino del abierto conflicto pueden ser aún más lamentables que la propagación del virus en sí mismo, puesto que podrían llevar a una más grave escases de recursos más allá de la coyuntura inmediata. Recordemos que la mayor parte de los presupuestos estatales y municipales proceden de las participaciones y aportaciones federales. Si por una parte Jalisco se endeuda utilizando como garantía de pago las participaciones federales y por la otra amenaza con salirse del pacto fiscal, la estrategia parece u tanto suicida.

Denostar la política de salubridad en estos momentos no ayuda más que a generar un ambiente de caos.

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