Pandemia, desinformaci�n y discriminaci�n

2020-04-15 06:00:00

Como para darle veracidad a la frase erróneamente atribuida a Albert Camus, “lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso”, en días pasados los medios de comunicación y las redes sociales han dado cuenta de agresiones de todo tipo dirigidas contra personas que laboran en el ámbito de la salud. 

Desde arrojarles agua con cloro, café hirviendo o negarles el uso de transporte público, hasta golpes o amenazas veladas de parte de sus vecinos que les demandan no regresar a su propia casa a descansar, debido al miedo a que quienes laboran en el sector de la salud puedan ser fuente de contagio del Covid-19. 

No deja de contrastar que esas actitudes de agresión se den en las mismas fechas en que muchas personas desatienden la recomendación de quedarse en casa y evitar las multitudes, que es la manera más efectiva de evitar los contagios y la consecuente propagación de la enfermedad, pero al mismo tiempo son consistentes con el racismo y otras formas indebidas de discriminación, porque las ideas que favorecen esas actitudes de desprecio hacia otras personas se difunden igual que los virus. 

Es claro que las personas que han llevado a cabo esas agresiones son responsables de ello, y como sociedad no debemos tolerar esas actitudes, y menos cuando están dirigidas justamente en contra de personas que están velando por nuestra salud, sin embargo, nuestras autoridades son corresponsables, pues esto es resultado de situaciones violatorias de nuestros derechos humanos que deben resolverse a la brevedad. 

De acuerdo con las Directrices esenciales para incorporar la perspectiva de derechos humanos en la atención a la pandemia por Covid-19 emitidas el 10 de abril de 2020 por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (las cuales pueden consultarse en https://bit.ly/2ye0vBn), nuestras autoridades han fallado por lo menos en dos aspectos. 

En primer lugar, no han cumplido con su deber de proteger al personal de salud, pues por un lado no ha habido acciones prontas para sancionar a quienes han llevado a cabo los actos de agresión a los que me referí más arriba, o si lo han hecho no han dado cuenta de ello, y por otro, no han proporcionado a todo el personal el equipo e insumos necesarios para su propia protección contra el contagio, de acuerdo con denuncias llevadas a cabo por el propio personal. 

En segundo lugar, pese a las ruedas de prensa que todos los días se ofrecen sobre el tema del Covid-19, es claro que no se ha hecho lo suficiente para garantizar nuestro derecho a la información, puesto que la enorme ignorancia manifestada por quienes han agredido a personal médico es un claro producto de la falta de acceso a información suficiente, clara, comprensible y pertinente al respecto. Con esto no niego que es obligación de todas las personas informarse, pero con tanta información errónea circulando, la mayor parte de la población será incapaz de informarse por sí misma sin orientación adecuada por parte de las autoridades. Y esa información debe ayudar a la gente a entender por qué el personal médico no es una fuente de contagio en sí. 

Estos son tiempos de solidaridad, no de discriminación, por eso quiero destacar dos iniciativas a favor de quienes están llevando la peor parte en esta crisis: el Donatón organizado por ¡Tómala! (http://tomala.mx/covid19) y el programa Jalisco Sin Hambre (https://bit.ly/3erxwuo), que conjunta el trabajo de gobierno, iniciativa privada y sociedad civil. Informémonos y hagamos causa común contra la pandemia. 

[email protected] 

Twitter: @albayardo 

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