Floyd�

2020-05-31 06:00:00

El 25 de mayo, poco después de las 20:00 horas (Minneapolis, MN), un empleado de CUP Foods reportó un billete falso de 20 dólares. El empleado siguió el protocolo establecido, llamó 911 y en menos de ocho minutos dos agentes de policía llegaron al lugar. El agente Thomas Lane sacó su arma y ordenó a George Floyd mostrar las manos, lo subieron a la patrulla y le explicaron que su arresto se debía a utilizar moneda falsificada. 

Alrededor de las 20:14, Floyd se puso tenso, se cayó al suelo y le dijo a los agentes que era claustrofóbico, entonces arribó el agente Chauvin quién decidió sacarlo del auto postrarlo boca abajo a la fuerza, y aun esposado colocó su rodilla en el cuello y la mantuvo así alrededor de ocho minutos, así murió George Floyd, una muerte más a causa del racismo y la ignorancia consciente. Y sí, todo por 20 dólares.  

Existen innumerables flancos para reflexionar sobre lo acontecido. Es imperante comprender que con la muerte de Floyd no nace un movimiento de protestas e indignación (#blacklivesmatter), son siglos de lucha constante. Es simple, la línea anterior encarna la causa y el efecto de la tragedia. La muerte de Floyd es el efecto de la ignorancia intencional; la sociedad estadounidense prefiere ignorar los siglos durante los cuales la comunidad afroamericana fue esclava.  

El espíritu racista de los policías involucrados no es desconocido por la agenda política, sin embargo, se opta por desconocerse. Los esfuerzos institucionales no se inclinan a combatir el racismo, se estanca en la inacción,  se invisibiliza la desgracia y cuando la desgracia se materializa se opta por la simplificación.  

Me explico: sistemas y sujetos, poder y diálogo, son binomios que conviven en nuestra realidad social. El racismo tiene su base en la desigualdad efectiva y se reproduce en las estructuras sociales (sistemas) a través del actuar de la vida de las personas (sujetos, en este caso cuatro agentes policiales) y es perpetuado a través del discurso.  

¿Qué se puede esperar de un país que su presidente amplifica en su discurso el supremacismo blanco? Todo radica en el lenguaje, el diálogo penetra cada día más en las relaciones y actos comunicativos de los individuos y más aún si le añadimos el sesgo ideológico que generan los algoritmos digitales. 

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