Art�brut, expresi�n de los despose�dos

2020-06-23 06:00:00

(Cuba. El artista tiene un taller-galer�a en La Habana, donde trabaja con poblaci�n vulnerable. Foto: Especial)

En 2010, el artista plástico Samuel Riera llegó a Caracas proveniente de La Habana para cumplir labores dentro de la Misión Negra Hipólita, una iniciativa fundada por el presidente Hugo Chávez en 2006 para atender a la población más vulnerable de la sociedad venezolana. 

Lo que descubrió en la interacción con los pacientes en situación de calle, con problemas de drogadicción y desórdenes mentales es ahora un movimiento que se expande por el mundo: el art brut. 

Al taller de Samuel Riera se llega fácil por su relativa cercanía a la Plaza de la Revolución. Está enclavado en un barrio de La Habana, donde los niños juegan en la calle y los vecinos te ven pasar con una calma que cultivan desde hace siglos. 

Samuel Riera Méndez ha transformado todo su hogar en su taller creativo y galería de exposición. Los primeros pasos que se dan hacia el interior de aquellas paredes recubiertas de colores y mundos simbólicos hacen que de momento tengamos que asirnos a una frase suelta para reencontrarnos con la orilla de la realidad. 

Graduado en la Academia de Bellas Artes San Alejandro, Samuel Riera es todo lo que nunca se mostrará de la Cuba filtrada en los medios corporativos de difusión. Un artista plástico con opiniones críticas sobre la cultura y el papel del Estado, emprendedor privado y activista por los derechos de las minorías, que aun así ha encontrado en su país su mayor fuente de inspiración y realización personal. 

En una escena tan habitual y que, sin embargo, nunca parece repetirse exactamente igual, Derbis Campos Hernández, codirector de la Galería Riera Studio donde se anida Art Brut Project Cuba, sirve ron en vasos que se hacen demasiado pequeños ante la copiosa amabilidad. 

Él también aprovecha para recoger los detalles que a Samuel puede habérsele escapado al contar la historia de uno u otro artista brut y lo alienta a hacer la genealogía de aquel espacio dedicado al arte. 

“El estudio se abrió en 2012, después de retornar de Caracas. Decidí abrir este espacio en búsqueda de visualizar un arte totalmente diferente, un arte que muchas veces estaba totalmente opacado y que no era el interés del mainstream artístico institucional, por lo que decidí enfocarme en un arte alternativo, que era hasta ahora como se conocía en el medio artístico. Después de un proceso de investigación, me di cuenta que había una tendencia que se llamaba art brut y que estaba muy ligada a un proceso de trabajo que ya venía haciendo, de trabajo social directamente, donde me enfoqué en la realidad de ese grupo de artistas que estaba vulnerado y que de alguna forma también padece de enfermedades mentales. Con la intención de visibilizar el proceso de trabajo de ellos y brindarles espacios, condiciones y protección dentro de este proyecto”, señala. 

Samuel Riera rememora su paso por la Misión Negra Hipólita y su trabajo de acompañamiento y promoción artística de los pacientes que estuvo a su cargo. Sonríe al considerarse un “artista pulpo” que últimamente ha abjurado de las bellas artes para enfocarse activamente en el outsider art. 

Los excluidos de la sociedad tienen mucho que ver en su transformación y en que considere que no existe una baja o alta cultura, sino una cultura que se expresa en distintas formas y donde la sensibilidad para recogerla lo es todo. 

En Caracas, Riera trabajó con psicólogos y terapeutas, y empezaron a utilizar el arte como una estrategia de sanación y para visibilizar las problemáticas de estos individuos, que a nivel social tenían muchos conflictos. 

Cuando regresó a Cuba se dio cuenta de que había grupos sociales vulnerables también en su país que hasta ahora no eran visibilizados o por lo menos él no los veía; “entonces empecé a usar casi esas mismas herramientas de trabajo, acercándome un poco más a la herramienta del arte como una fórmula, también de ese tipo sanador; así nació Art Brut Project Cuba, con esa idea de visibilizar artistas con problemáticas determinadas y decidimos promover su trabajo, crear una fuente de atención para ellos y sus familias, y de proveerlos de todas las necesidades en torno al arte que ellos demandan. Hasta ahora llevamos ya casi ocho años de trabajo en visibilizar este tipo de arte y acá estamos”. 

Sobre la mayor diferencia de este arte y de los artistas que pueden considerarse sin patologías clínicas, Riera enfatiza que dentro del art brut todo eso se esfuma y el individuo va hacia la introspección, a buscarse a sí mismo, a ver cómo él se enfrenta ante su propia realidad, cómo discute o se relaciona. Entonces, la introspección aleja al ego y entonces te encuentras al humano, a ese individuo que es sensible, extremadamente sensible. Es un individuo que tiene preocupaciones aparentemente sencillas, pero que transporta un pensamiento que te puede llevar a entender múltiples realidades. 

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