Volver a las salas de cine en M�xico

2020-06-23 06:00:00

(Medidas.�Los protocolos�contemplan�el uso obligatorio de cubrebocas y caretas�en�los empleados y la constante desinfecci�n de los espacios. Foto: Especial)

México puede ser la vanguardia de la ansiada reapertura de las salas de cine en América Latina. El protocolo elaborado por el gobierno mexicano obliga a las cadenas a cambiar las puertas de los baños, señalizar los pisos y que la venta de butacas se haga a modo de tablero de ajedrez para asegurar la distancia física necesaria del caso. 

La etapa de “nueva normalidad” que México inauguró el 1 de junio habilitó a que algunas actividades económicas vuelvan a funcionar, siempre y cuando respeten las sugerencias de la Secretaría de Salud. Entre los que ya han vuelto están algunas salas de cine del país, con un protocolo que puede a México como pionero a la hora de definir cómo se verán películas de ahora en adelante en América Latina. 

Tras un largo silencio, las dos principales cadenas de cine de México, Cinemex y Cinépolis, lanzaron a mediados de junio campañas institucionales anunciando su próxima reapertura. Cinemex, por ejemplo, presentó su programa Espacio Seguro, definido como “un protocolo integral de prevención, higiene y sanitización” para las 14 salas que ya operan en Morelia, Cancún, La Piedad y Playa del Carmen, entre otras. Cinépolis, por su parte, también publicó las medidas de seguridad que regirán en las 27 salas en Morelia, Cancún, Aguascalientes y Playa del Carmen, entre otras localidades. 

Por el momento, ninguna de las dos cadenas fue autorizada a reabrir sus salas en Ciudad de México. 

Los protocolos de las cadenas coinciden en varios puntos como el uso obligatorio de cubrebocas y caretas en los empleados y la constante desinfección de los espacios. La coincidencia en ésa y otras varias medidas provienen del protocolo publicado por el gobierno mexicano específicamente para las salas de cine. 

Para la administración federal, “las salas de cine suelen ser lugares altamente concurridos y con una plantilla de personal nutrida”, al tiempo que “la separación entre un espectador y otro es prácticamente inexistente”. El documento también advierte sobre otros riesgos, como las posibles aglomeraciones en los baños o la manipulación de alimentos y bebidas en las dulcerías de las salas. 

Por ese motivo, el protocolo exige algunas medidas específicas para que las cadenas preparen las salas antes de la llegada de los clientes. 

La limpieza de los espacios deberá realizarse con soluciones desinfectantes o cloro comercial de 100 mililitros diluidos en 900 mililitros de agua y gel con base de alcohol a 70 por ciento. También deberán contar con desinfectantes, agua, jabón y toallas de papel desechables. 

Los productos de limpieza e higiene personal deberán estar disponibles para los empleados y clientes “en vestíbulos, baños, pasillos, salas de proyección, salas de espera, taquillas, dulcerías, cafetería, área de limpieza”. 

Las cadenas también se verán obligadas a cambiar las puertas de los baños. Ya no se permitirá que haya puertas con manija y sólo podrán colocarse “puertas de doble abatimiento”. 

En taquillas, recepción, dulcería y cajas registradoras deberán instalarse barreras de acrílico como medida de protección. 

El protocolo también exige todos los aires acondicionados mantengan una temperatura promedio de 24 grados centígrados, permitiendo únicamente variaciones de 2 grados. 

Asegurar la distancia en salas cerradas y concurridas es uno de los mayores desafíos para las salas de cine. Por eso, el protocolo define algunas medidas para garantizar la recomendación general de que no haya menos de 1.5 metros de distancia entre dos personas. 

Los pisos deberán estar señalados para que tanto trabajadores como clientes sepan dónde deben colocarse para mantener la distancia. Las marcas estarán en las filas para taquilla, dulcerías y baños. 

El protocolo exige organizar “sentidos de circulación de personal y clientes” para evitar al máximo el contacto entre ellos. “Si hay una sola entrada al lugar, organiza la circulación a la derecha de las personas y que se salga y entre de manera intercalada”, dispone el reglamento. 

Uno de los cambios fundamentales será la forma en la que se venderán los asientos. Las butacas se comercializarán “en forma de un tablero de ajedrez, garantizando que entre filas y butacas ocupadas exista, siempre, una distancia mayor a un metro y medio”. 

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