Retos pol�ticos en la ciudad�

2020-07-10 06:00:00

Los temas para discutir socialmente y tomar decisiones, pasada la pandemia, o mejor desde ya, se van acumulando. Varios de ellos hace tiempo que est�n entre nosotros, pero no se les ha otorgado la importancia merecida a pesar de su gravedad. Idealmente se ha estado afirmando que esto podr�a modificarse en tanto que la pandemia, en efecto, haya despertado una nueva subjetividad social propicia al cambio radical. Es decir, a ir al fondo, a la ra�z de los problemas.�

El gran tema es la ciudad, la gran conurbaci�n. Las maneras como �sta, de forma incesante, se produce, se construye y deconstruye a diario, del tipo de relaciones sociales que en ella establecemos quienes la habitamos y de nosotros con el entorno natural inmediato.�

Desde hace varios a�os se ha afirmado que las ciudades, gracias a su crecimiento desmesurado y las formas insustentables como el capital inmobiliario las sigue construyendo en todo el mundo, las ha convertido en fuentes de acumulaci�n y por tanto en grandes f�bricas de nocividades. Lo son as� porque muchas de las actividades definidas como�productivas�son en realidad un peligro por la forma, los materiales y los insumos con que se procesan y los desechos que producen. Dos ejemplos: la producci�n de autom�viles y la de refrescos de todas las marcas. Podemos hacer una lista larga de este tipo de productos/mercanc�as sobre los que resulta relativamente sencillo cuestionar su necesidad social. Y, en cambio, son evidentes los efectos nocivos a la ciudad y los habitantes.�

Como sabemos, las ciudades se caracterizan, adem�s de su masividad, contaminaci�n y capacidad destructiva de sus entornos naturales, por la vulnerabilidad y�los�constantes riesgos que ello implica, as� como por la desigualdad y la pobreza de la mayor�a de sus moradores. Todo esto se ha venido agravando desde que el sistema las transform� en grandes negocios, no s�lo la producci�n de la propia ciudad, sino tambi�n la producci�n y distribuci�n de los alimentos, as� como de los servicios m�dicos y los medicamentos. Sin embargo, ni los alimentos ni los servicios m�dicos y los medicamentos nos ofrecen las seguridades que se suponen deben tener, as� como su accesibilidad.�

As�, no tenemos certeza de que los alimentos que consumimos a diario en las ciudades sean sanos y nutritivos y, por otro lado, sucede algo similar con los medicamentos. La industria farmac�utica produce medicamentos que por lo general tienen efectos secundarios y muchas de las veces son s�lo paliativos. Y por m�s que diga el gobierno, no tiene como objetivo domar al capital que hace lo que quiere en estas dos grandes industrias. Todo este complejo de elementos ha dado como resultado que los habitantes de las conurbaciones estemos expuestos a diversos riesgos y afectados en algunos de nuestros �rganos y funciones vitales. S�lo el hecho de vivir en la ciudad nos asegura m�ltiples afectaciones.�

En este escenario nocivo, nuestro sistema inmunol�gico es uno de los m�s da�ados. Lo estamos comprobando con la pandemia del Covid-19. Con defensas d�biles somos m�s vulnerables a todo tipo de infecciones, cuesti�n que se agrava por el hacinamiento en que vivimos en las ciudades donde todo es masivo y se vive en constante cercan�a e interacci�n con muchas personas. Vivir en las ciudades dej� de ser hace tiempo sin�nimo de salud y buena vida. El reto, entonces,�es c�mo hacer de esta ciudad un espacio urbano sano, lo cual implica, desde luego, confrontar al capital y al Estado. Vaya reto.�

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