Viejo�Hospital Civil, patrimonio cultural

2020-09-27 06:00:00

(Pintura. El mural de consulta externa es uno de los espacios considerados por la declaratoria. Foto: Especial)

El Ejecutivo hizo la declaratoria para que el Hospital Civil de Guadalajara Fray Antonio Alcalde se convierta en Patrimonio Cultural de Jalisco, junto con otros inmuebles. 

La propuesta la hizo el diputado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) Arturo Lemus Estrada y fue respaldada por el Congreso local; el 10 de septiembre se publicó el acuerdo de la Secretaría de Cultura para que sea una realidad en el Periódico Oficial El Estado de Jalisco. 

“Se actualiza el inventario estatal del patrimonio cultural para inscribir al conjunto identificado como Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, el cual se encuentra delimitado en los términos del considerando VII del presente acuerdo, en la categoría o clasificación de monumento histórico por determinación de ley”, señala el primer punto del acuerdo. 

Los bienes que se determinan como parte del patrimonio son cinco bustos y cuatro murales sobre la vida y obra de fray Antonio Alcalde, de la medicina en México y a la humanidad doliente. 

Los más antiguos son dos bustos de la segunda mitad del siglo 20 del fundador y del obispo Miguel González Ibarra, y el más reciente es una obra mural de 2015 en el cubo del edificio de consulta externa. 

“El hospital ha sobrevivido su entorno arquitectónico, histórico, cultural y se ha mantenido como ha podido con aportaciones, con ayudas, con apoyos, pero hoy con esta iniciativa el propio gobierno se obliga a reforzar y a estimular la preservación de todo este entorno histórico, arqueológico y arquitectónico”, aseveró Lemus Estrada. 

Ahora cualquier intervención debe realizarse conforme la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos y lo que determine el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). 

El Hospital Civil de Guadalajara es un emblema de la atención y el cuidado de la salud en Jalisco y en el occidente del país; una vocación que han mantenido desde el siglo 18. 

El diputado comentó que esto ayudará a obtener presupuesto para preservar el entorno de este inmueble. 

Lemus Estrada retomó la propuesta de la Asociación Cultural del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara pidiendo llevar a cabo las gestiones para el reconocimiento local e internacional de los valores patrimoniales del referido inmueble. 

EL EDIFICIO

De acuerdo con información de la Universidad de Guadalajara, el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde es un inmueble de “valor incalculable” por su origen y características singulares, afirmó el especialista en patrimonio edificado de la Universidad de Guadalajara (UdeG) David Zárate Weber, en una entrevista hecha en 2017. 

En 1787, y tras haber pasado el año del hambre, durante el cual falleció 10 por ciento de la población de Guadalajara, la terrible experiencia exigía prepararse con la construcción de un hospital de mayor capacidad. Fray Antonio Alcalde y Barriga, obispo de la Nueva Galicia, tomó la decisión de apoyar un proyecto existente y al doble de su tamaño. 

Así, en su tiempo, el entonces Hospital Real de San Miguel de Belén se convirtió en el primero y más grande hospital construido en Europa y América de planta radial (o estrellada), que consiste en un centro común del que parten las diversas salas para enfermos, explicó Zárate Weber. 

El proyecto se inspiró en esquemas creados en Europa, pero que no se habían realizado. “Muestra un profundo conocimiento del funcionamiento de los hospitales y de la orden religiosa de los betlemitas”, que en ese entonces estaba a cargo de dicho hospital. 

Esta sede del nosocomio permitió pasar de 50 a mil camas, lo que significaba un incremento sorprendente para la época. 

El inmueble está constituido por dos grandes bloques: uno perimetral, de forma rectangular y otro en el interior, donde se encuentra la planta radial, integrada por el repartidor de donde surgen las seis salas para los enfermos, explicó Zárate Weber. 

Los 22 patios que se generan entre estos dos edificios servían en su mayoría para cultivar plantas medicinales y odoríficas. 

La iluminación y ventilación natural se realizaba a través de ventanas y se completaba con un sistema vanguardista nombrado “por llamada”, que hacía circular el aire viciado desde los extremos de las salas hacia las linternillas ubicadas en las bóvedas del repartidor. Su diseño “es perfecto, vanguardista, muy inteligente. No le faltaba nada”. 

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