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(Cercan�a.�La charla Mil J�venes Con� rebel� momentos �ntimos y dolorosos de la autora europea. Foto: Especial)
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Llegó el primer encuentro entre jóvenes y escritores de la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara. Mil Jóvenes Con… se llevó a cabo por primera vez de forma por completo virtual, en una charla con la escritora portuguesa Lídia Jorge, quien tocó temas estratégicos en tiempo tan complicados, tanto en lo social como en lo sanitario.
La ganadora del Premio FIL Literatura en Lenguas Romances 2020 habló sobre la importancia de mantener una afinidad cercana entre la cultura tradicional de la música, los libros, la lectura con la cultura de la tecnología. “Jamás deben estar peleadas, y deben ser jamás una disyuntiva”, señaló mientras jóvenes le cuestionaban sobre cómo es que lo pasa en medio de la pandemia, a lo que dijo: “librerías, todos los libros y los escritores deben permanecer al lado de la cultura tecnológica”.
Asimismo, agregó que la pandemia, además de llevarse a su madre, víctima del nuevo coronavirus, le enseñó que no debemos asesinar al planeta como los estamos haciendo, que al final estamos solos en la tierra, y se dijo confiada en que delante de esta situación, algo servirá para cambiar como personas.
En su charla, la portuguesa instó a las mujeres a escribir, a no callarse y a usar la literatura como un medio de transformación. “Todos los escritores permanecemos debajo de las mesas, soportando, y así las mujeres. La literatura es una carta que se envía lejos, uno nunca sabe cómo cambia o cuándo, pero sin duda lo hace”.
Al exponer su visión de cómo ve a los jóvenes actualmente, dijo: “Son jóvenes que no tienen espalda, tienen pechos; los jóvenes de hoy creen en el futuro; ellos deben de creer que el futuro está hecho de sus manos, y que son capaces de ultrapasar todas las dificultades”.
Asimismo, aseveró que la juventud de hoy tiene el gran reto de hacer una mezcla entre la cultura humanística y la cultura tecnológica, lo cual, dijo, es un gran reto, pues deben cambiar al mundo, pero desde una línea muy equilibrada.
Jorge recordó las motivaciones que la llevaron a involucrarse en el mundo literario y fue justamente la soledad. Ser hija única y tener solo libros como medio de distracción despertó su interés por cambiar los finales de las historias por desenlaces propios.
“Cuando terminaba de leer yo no quería que las historias terminasen como terminaban, yo quería cambiar los finales de las historias. Cuando tenía 9 años empecé a escribir pequeñas historias que cambiaban las de los libros para adultos que leía en voz alta para mi familia. Tenía la idea de que escribiendo podía cambiar las historias humanas que estaban cerca. Me ha dado la idea de un poder de que, con mi pequeño cuaderno, los papeles y el lápiz yo podría cambiar la vida y aún sigo pensando así”, se consigna en un comunicado oficial.
La autora de libros como El día de los prodigios aceptó que si bien un libro no puede cambiar el mundo, aseguró que ha habido autores que han cambiado de uno u otro modo la forma de ver ese mundo, como Charles Dickens, Juan Rulfo, Milan Kundera y Fernando Pessoa.
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