Reconocerse en el entorno inmediato

2020-12-03 06:00:00

(Exploraci�n.�Los escritores catalanes compartes reflexiones partidas de sus m�s recientes novelas. Foto: Especial)

Una tertulia entre dos grandes exponentes de la literatura catalana fue la que se ofreció ayer como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL). Jordi Soler y Anna Ballbona, con dos contextos de infancia distintos en geografía, pero con similitudes entretejidas sobre las sensaciones de no pertenecer en sus tierras natales. 

El eje central de la charla fue encaminado justo a la actual situación pandémica que aqueja al mundo; confinamiento, resguardo, soledad y muerte, pero a la vez, desde la óptica de Soler, pretexto para la cercanía, el afecto y la expectación de que, tras esta emergencia mundial por el Covid-19, algo bueno vendrá. 

Sus dos más recientes novelas, Mapa secreto del bosque y No estoy aquí, de Jordi y Anna, respectivamente, parecen encontrar en sí mismas y sin querer temas y discursos que hoy en día van muy afines a lo que el mundo. El confinamiento y, en muchos casos, la obligatoriedad de separarnos de los más queridos y limitarles el afecto físico ha puesto a repensar las cosas, explicó Ballbona, entre ellas, cómo los seres, a menudo, solemos preguntarnos, indagar e inmiscuirnos para saber cómo y de dónde venimos. 

El punto coincidente entre ambos escritores a lo largo de la charla ocurrió justo ahí, en sus dos más recientes novelas. Mientras Jordi expresó que en Mapa secreto del bosque plasmó esas preguntas y respuestas sobre haber crecido en México, en la sierra de Veracruz, cuando su descendencia catalana tuvo que migrar por la Guerra Civil española, Anna cuestionó cómo es vivir en un pueblo a 20 kilómetros de Barcelona, libro con el que definió que viajar a otras latitudes no siempre es la mejor opción, y hay que apostar por el viaje en un radio muy pequeño, es decir, explorar y conocer primero aquello inmediato, lo que nos pertenece. 

Para el autor catalán, el análisis de lo que se agudizó en la pandemia y el confinamiento, como estar en contacto de manera digital frente a una pantalla, quizá sea ahora el mundo real y ya no el virtual, pues supuso: “Quizá si vamos en un bus, y vemos a un joven que va conectado a una pantalla, esté menos solo que nosotros; él puede a la vez estar charlando con 10 personas a la vez, y es probable que seamos más solos nosotros que estamos viéndolo que él en la realidad”. 

Los literatos pronosticaron que luego de que casi un año el mundo ha vivido nuevas reglas, esto podría atentar incluso contra las costumbres, como el saludo de beso, ejemplo que si bien definieron de absurdo, deja claro que las cosas, sencillamente, no podrán ser como antes. 

La literatura, comentaron, podrá o no tomar la pandemia de pretexto para futuras creaciones. Desde el punto de vista de Soler, la respuesta es no… o por lo menos no ahora con esta generación y las pasadas, pues argumentó: “¿A quién le vamos a contar lo que está pasando, cuando todo el mundo lo está viviendo?”. Por su parte, Ballbona compartió que la pandemia sin duda será parte, aunque quizá no todo, de los temas que se aborden en futuras publicaciones. 

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