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(HAY M�S. La pandemia de Covid-19 no es la primera que�padece�Jalisco, aunque s� es la m�s poderosa del siglo 21. Foto: Jorge Alberto Mendoza)
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El Covid-19 apareció poco más de un año en Wuhan, China, y desde entonces se extendió por todo el mundo, convirtiéndose en la pandemia más poderosa del siglo 21. Antes de su llegada al país y Jalisco, el estado ya había padecido otras pandemias y epidemias, incluso algunas dejaron más víctimas en el estado que el nuevo coronavirus.
Al menos desde la Conquista se tiene un registro de estos eventos. Lilia Victoria Oliver Sánchez, investigadora especializada en la historia de las epidemias en Guadalajara y actual rectora del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), relató que con la llegada de los españoles a América también llegaron enfermedades que provocarían problemas sanitarios de manera frecuente en el nuevo mundo. La viruela es un ejemplo.
En 1691, uno de los principales brotes de la enfermedad se originó en la Nueva Galicia. Como en ese entonces aún no se pensaba en virus o bacterias, los pobladores tenían la creencia que cada enfermedad era un castigo de Dios y la oración era la única vacuna conocida.
La viruela llegó en medio de un año catastrófico por la presencia de temblores. En un momento de desesperación, el ayuntamiento giró instrucciones al obispo de Nueva Galicia, Juan de Santiago de León y Garavito, para trasladar la imagen de la Virgen de Zapopan a la catedral de la capital. Los registros eclesiásticos relatan que a la llegada de la imagen las tempestades cesaron. Entonces sobrevino la calma y La Generala pudo regresar a su casa zapopana.
Años después, en otra ola de viruela, rayos e inundaciones, la virgen regresó a la Catedral, recibió su nombramiento como protectora contra epidemias y se instauró la tradicional Romería.
“Ya tenían el referente de 1691 y en 1734 sucede que comienza a haber tempestades terribles. Empieza a haber problemas con respecto a los rayos, los relámpagos, las inundaciones tremendas. No contentos con esto, también empieza a haber una epidemia de viruela en los Altos. Dadas las vías comerciales, baja a San Juan de los Lagos y de ahí a Guadalajara. El pueblo de Guadalajara recordó que en 1691 había sido traída la virgen y pidió al obispo en turno que se trajera. Se manda traer de nuevo a la virgen. Empieza a visitar la parroquia de Santa Teresa y de ahí pasó a la Catedral y entonces la epidemia cesó. El ayuntamiento decidió darle un título el 6 de noviembre de 1734: patrona y abogada contra tempestades, rayos y epidemias”, detalló Alejandro Quezada Figueroa, doctor investigador de la historia de la salud del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
A partir de ello se originó la Romería, evento que se convirtió en un tributo para pedirle a la virgen que proteja a su pueblo contra otras epidemias en el futuro.
EL MATLAZÁHUATL
Poco después del nombramiento de La Generala se dio un brote de matlazáhuatl, un tifo exantemático que se contagiaba a través de los piojos. Provocaba fiebre intensa, granos con pus, vómitos y alucinaciones.
Los síntomas acababan con la vida de las personas en tan solo días y se dice que mató al 40 por ciento de la población novohispana de 1736 a 1739. Era “una muerte muy fea”, reconoció Quezada Figueroa.
La Nueva Galicia no fue la excepción, pero su manejo sí fue excepcional, pues en la capital se tomaron medidas extremas que evitaron miles de muertes. Hubo cuarentena obligatoria: nadie entraba, nadie salía.
“El ayuntamiento presidido por el marqués del Castillo de Ayza (puso) en cuarentena a la ciudad. Llenó las trojes de la ciudad de maíz para que no tuviera que haber contacto con los pueblos. Acababa de inaugurar la red hidráulica, prácticamente la ciudad se mantuvo autónoma: nadie entraba, nadie salía. No era necesario porque había suficiente comida. Entonces la ciudad de Guadalajara no resintió el matlazáhuatl”.
No hay registros históricos precisos sobre la afectación provocada, pero sí se sabe que la epidemia impactó fuera de la ciudad. En Cuquío, por ejemplo, se mencionó que fue un castigo divino por prácticas demoniacas.
EL AÑO DEL HAMBRE
Además de muertes en Tepatitlán, Cuquío, Yahualica o Autlán, el matlazáhuatl dejó a su paso una gran crisis económica en la Nueva España. Para 1785, los ranchos despoblados, la falta de trabajo, otra serie de enfermedades y una catástrofe de lluvia y granizo que terminó con la cosecha de 1785, llevaron a que 1786 fuera catalogado como “el año del hambre”. En Guadalajara, ciudad con 24 mil 200 personas, el fenómeno dejó al menos 3 mil 548 muertes, de acuerdo con datos recopilados por la doctora Oliver Sánchez.
En uno de sus tantos textos sobre las epidemias, la investigadora narró que la población llamó a las tantas enfermedades que se presentaron en ese año como “La Bola”. Había dos hospitales para atenderlas, pero pronto se vieron saturados.
La batuta la tomó la Iglesia católica a cargo de fray Antonio Alcalde, quien encabezó la instalación de cocinas en las colonias y de un hospital itinerante, pero no fue suficiente, pues se cuenta que la gente enferma y hambrienta atestaba las calles de la ciudad.
Al ver tal situación, el fray impulsó el proyecto de construir un nuevo hospital en el que habría más de mil camas disponibles ante otra epidemia y un año después comenzaron las obras. El nuevo nosocomio, el ahora conocido como Antiguo Hospital Civil, lleva el nombre del altruista.
SIGLO 19: TIFO, VIRUELA Y COLERA
El siglo 19 no fue la excepción en cuanto a muerte y calamidad por epidemias y pandemias.
En la transición independentista apareció otro brote de tifo. Alejandro Quezada relató que en Cuautla, Morelos, las fuerzas insurgentes fueron obligadas a permanecer amuralladas, lo cual provocó amontonamientos de gente y, por consiguiente, que apareciera de nuevo el piojo que lo contagiaba. Dadas las condiciones de la guerra, se extendió pronto por todo el país.
A este episodio se le suma que Jalisco padeció dos etapas más de viruela: una en 1815 y otra en 1830. La última mató a alrededor de mil 950 personas o 4.28 por ciento de la población de Guadalajara de ese entonces: 45 mil 622 personas.
Lilia Oliver detalló que el periodo más mortífero de la enfermedad fue de julio a diciembre de 1830 y que los barrios más afectados de Guadalajara fueron Analco y Mexicaltzingo, en donde murieron 543 y 355 personas, respectivamente. Su cercanía con el río San Juan de Dios habría ocasionado que ambas zonas fueran las más insalubres de la ciudad.
Poco después, en 1833, la Perla Tapatía fue afectada por una enfermedad mayormente mortífera: el cólera morbus. Los datos históricos indican que el “Cólera Grande”, como se le llamó, acabó con entre el 8 y 10 por ciento de la población de Guadalajara y con alrededor de 20 mil personas en todo el estado.
Los pueblos pequeños alejados de la ciudad padecieron fuertemente las consecuencias. En Tuxpan, al sur de Jalisco, se tiene el registro de que 16.22 por ciento de la población falleció por cólera.
Además del miedo, durante la etapa del cólera también reinó la desinformación. No se sabía nada en absoluto. No había vacunas ni instancias nacionales o internacionales que dijeran qué hacer, por lo que cada región salió al frente por sus propios medios.
INFLUENZA ESPAÑOLA
En 1918, cuando la Primera Guerra Mundial se libraba, apareció la primera gran pandemia del siglo 20: la influenza española. Se le llamó así porque se pensó que apareció en el país ibérico, pero tiempo después se reveló que no se dio ahí.
Como el mundo se encontraba envuelto en una guerra, ninguna nación quería demostrar debilidad y la enfermedad se ocultó; sin embargo, España sacó a la luz la preocupación sobre este mal. Ahora se sabe que pudo aparecer en Estados Unidos.
Al ser causada por un virus, la enfermedad se extendió por todo el mundo. En Jalisco no se tiene una investigación completa y concreta sobre esta epidemia y sus impactos, pero la doctora Oliver Sánchez detalló que la poca información con la que se cuenta apunta a que habrían muerto hasta 20 mil jaliscienses. A nivel mundial la influenza mató a alrededor de 50 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La influenza dejó varios aprendizajes a nivel mundial: la funcionalidad del aislamiento social, el uso del cubrebocas y la creación de organismos nacionales e internacionales de salud enfocados a crear acciones preventivas ante otras epidemias o pandemias que pudieran llegar al mundo.
Durante 2009 se registró otra pandemia de influenza en el mundo y también llegó a México y Jalisco. La nueva variante de la enfermedad provocó suspensión de clases en las escuelas, medidas de aislamiento social y el uso de cubrebocas y gel antibacterial, pero su impacto no fue tal como en 1918.
El nuevo coronavirus ha matado casi a 6 mil
Aunque Jalisco tomó medidas para enfrentar al nuevo coronavirus, la enfermedad ha golpeado al estado. Hasta el 27 de diciembre se registraron 139 mil 990 contagios y 5 mil 757 defunciones.
El primer caso documentado en el estado inició síntomas la primera semana de marzo y para la tercera semana de ese mes se tomaron medidas extraordinarias en comparación con el resto del país, pero las disposiciones se relajaron y los casos aumentaron.
A partir de mayo, la cantidad de contagios diarios se multiplicó y éstos se empezaron a contar por cientos, y aunque ha habido medidas para disminuirlos, la pandemia en el estado no se ha podido controlar.
Este mes es reflejo del descontrol, ya que el estado ha roto récords en casos diarios y en ocupación hospitalaria a causa de la enfermedad, por lo que el gobierno del estado determinó imponer una serie de medidas restrictivas que se aplican desde el 25 de diciembre y hasta el 10 de enero. Lauro Rodríguez
Decesos y pandemias
- 5 mil 720 muertes ha dejado el Covid-19 en el estado
- 20 mil muertes dejó la influenza española en Jalisco
- 20 mil muertes dejó el cólera morbus en el estado en 1833
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