Una ciudad maya a punto�de�mostrarse

2021-01-26 06:00:00

(Exploraci�n.�La ciudad est� rodeada por densa vegetaci�n que ha complicado los trabajos. Foto: EFE)

Berlín. La ciudad maya Santa Rosa Xtampak sigue cubierta en gran parte por la selva, pero un equipo de arqueólogos intentará revelar detalles de su origen y sus relaciones con otras ciudades coetáneas de la península de Yucatán. 

Otros yacimientos mundialmente conocidos, como Chichén Itzá o Uxmal, han sido objeto de amplios estudios, pero en esta ciudad –considerada, junto con Edzná, como el centro más significativo del Periodo Clásico Maya (entre 250 y 900 d. C.) en el centro de la península de Yucatán– apenas se han realizado excavaciones. 

Investigadores del Instituto Ibero-Americano (IAI) de Berlín y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Campeche tienen previsto comenzar este año las primeras excavaciones a gran escala que se realizarán en la zona. 

“Santa Rosa Xtampak es una ciudad importante. Lo sabemos por la cantidad y la calidad de sus vestigios prehispánicos. Es un sitio que tiene grandes edificios monumentales, estelas y se conoce poco”, dice a EFE Antonio Benavides, arqueólogo e investigador principal del INAH. 

Agrega en una conversación a distancia que el desconocimiento estimula al equipo para saber cuál era su papel en la región y “cuáles son las relaciones con otros asentamientos contemporáneos”. 

Un palacio entre vegetación 

Santa Rosa Xtampak se encuentra a unos 100 kilómetros al este de la ciudad de Campeche, la capital del estado. Inmersa en la selva, se sitúa encima de una colina de unos 50 metros de altura. 

En la cumbre, y cubierta de vegetación, está su centro monumental, que ocupa un espacio de unas 50 hectáreas. En él se encuentra uno de los edificios más destacados de la arquitectura maya: un palacio de tres pisos, 44 habitaciones abovedadas y dos escaleras de caracol interiores –lo que, según Benavides, es muy inusual en el mundo maya–. 

Ubicados en el centro se pueden observar una serie de desniveles y edificios dispuestos de tal manera que forman patios y plazas. 

“Aunque parezca que estén en desorden, todo tiene sentido, porque todo está orientado a los puntos cardinales”, aclara Benavides. 

Recuerda que los mayas construían sus edificios de modo que estuvieran orientados a los cuatro puntos cardinales y a cada punto le asignaban una deidad y un color. 

Según indican algunas exploraciones previas, la ciudad parecía tener una extensión aproximada de unos 10 kilómetros cuadrados. 

“Hay que recordar que la sociedad maya fue siempre una pirámide, con una élite arriba, en la cúspide de la pirámide, que eran los que gobernaban y mantenían el control a través de la religión. Pero fuera de ese centro era donde vivía la gente común”, comenta. 

En Santa Rosa la vegetación es tan densa que ahora un visitante del yacimiento “puede incluso perderse si no se va por los senderos que están abiertos”, advierte el mexicano. 

Iken Paap, arqueóloga del IAI, añade desde Berlín que se han tenido que talar árboles que dañaban los restos arquitectónicos y que, precisamente por la exuberante vegetación, no se sabe mucho de lo que hay fuera del centro monumental. 

Una ciudad por descubrir 

Como recuerdan los científicos que codirigen este nuevo estudio, hay muy poca información sobre la ciudad y su historia. “Lo poco que se conoce de la ciudad es ‘el cascarón’, lo que está fuera, lo que se ha conservado en ruinas”, señala Benavides. 

“Por eso ahí tenemos que excavar poco a poco para saber cuáles son los elementos que se fueron agregando a través del tiempo”, precisa el mexicano. 

Reconoce que no se sabe qué relaciones tuvo la ciudad con otras de los alrededores, su origen preciso y cómo se desarrolló. 

“De entrada hay que saber cuándo comenzaron; desde cuándo se formaron como asentamientos relevantes dominando sus alrededores y cuál es la secuencia de ocupación a través del tiempo”, explica Benavides sobre las excavaciones previstas. 

Paap aporta que para ello establecerán una cronología a partir de los estudios de la cerámica que se encuentre y realizarán un mapa completo del sitio, con el fin de saber “dónde estamos y dónde nos ubicamos” geográfica y cronológicamente. 

Se excavarán calas estratigráficas extensas en varios sectores del asentamiento para tratar de averiguar cómo creció la ciudad. 

Paap señala que con el análisis del material cerámico y lítico, huesos y conchas que esperan encontrar se podrá datar, refinar lo que ya se sabe y determinar cuándo comenzó a existir. 

El proyecto, patrocinado por la delegada del gobierno federal para la Cultura y los Medios y que se prevé dure un año en su primera etapa, tendrá un equipo de unas 15 o 20 personas. “Será importante esperar a que exista un buen número de gente vacunada para que se pueda empezar a contratar”, reconoce el mexicano sobre las restricciones a las que obliga el Covid-19. 

EL DATO

  • 110 mil monumentos históricos están bajo responsabilidad del INAH 

FRASE

“Hay que recordar que la sociedad maya fue siempre una pirámide, con una élite arriba, en la cúspide de la pirámide, que eran los que gobernaban y mantenían el control a través de la religión. Pero fuera de ese centro era donde vivía la gente común”: Antonio Benavides, Arqueólogo del INAH 

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