El reto no�abordado de�la pandemia

2021-03-22 06:00:00

Una gran zona de incertidumbre se cierne sobre la ciudadanía de Guadalajara respecto a qué esquema de vacunación se puede esperar. El desarrollo de la aplicación de vacunas en Guadalajara ha sido marcado por una gran confusión, una desinformación de proporciones monumentales y una ausencia de autoridades, de todos los niveles, que han provocado que la ciudadanía se autorganice ante la ausencia de un Estado, palpable en la falta total de previsión, de organización y de intervención. 

Además, el escenario cuenta con complejos tintes grises, particularmente cuando se habla de una llegada de la tercera ola del Covid-19. Los efectos se están resintiendo con lastimosa presencia en diferentes partes del mundo. En algunas partes, como Francia, se están volviendo a poner en marcha las restricciones de movilidad como parte de las medidas establecidas por el Estado, no siempre vistas con buenos ojos por la ciudadanía, pero necesarias para evitar el crecimiento de contagios y evitar, en la medida de lo posible, llegar a escenarios como el brasileño, que ya ha desbordado la capacidad estatal para la atención hospitalaria de los nuevos casos. 

En efecto, el nuevo incremento internacional de Covid-19, con mutaciones o sin ellas, revela que aún no hay condiciones para la apertura de una movilidad amplia que constituye uno de los retos no resueltos por todos los gobiernos del mundo. 

Por otra parte, el complicado y confuso escenario de la distribución internacional de vacunas que ha presentado a sectores internacionales con menos oportunidades de acceder a las vacunas, como el caso de nuestro país, que aunque se expresan constantemente en una campaña de información imposible de verificar que hay millones de vacunas que llegarán, los hechos manifiestan que estamos muy lejanos de tener los escenarios prometidos por las autoridades de Relaciones Exteriores (SRE), no las de Salud, sino la SRE. Contamos con un escenario en el que aproximadamente 4 por ciento de la población ha sido vacunada, de acuerdo con datos registrados por la Secretaría de Salud. 

El gran proyecto de abarcar a la población de la tercera edad de nuestro país, que según las propias estimaciones de la Ssa es de alrededor de 12 millones de personas, escasamente llegará al tercio de ese total, sin hablar desde luego del total de la población. 

El restablecimiento de la movilidad y de los mercados en nuestro país, así como de las actividades de entretenimiento que ha implicado la reactivación de casi todos los sectores sociales de trabajo y esparcimiento, representan un enorme riesgo que las autoridades, de todos los niveles, han dejado de abordar de manera central. La ausencia de Estado al renunciar a la planificación, organización e intervención en los temas de salud, la ausencia de medicamentos y de vacunas necesarias para el desarrollo de sistemas eficientes que tiendan a mitigar el impacto de la pandemia, así como la imposibilidad del Estado para proyectar una línea estratégica, organizada y eficiente de gestión de la pandemia dejan en un estado de indefensión a la ciudadanía y, en este caso, a la más vulnerable del país, a los ciudadanos de la tercera edad quienes, en el caso de Guadalajara, fueron dejados a su suerte sin información, sin organización y en un buen porcentaje de casos, sin vacunas. 

Las asimetrías en los esquemas de vacunación presentados en el país hacen ver que solamente la Ciudad de México, con sus reservas, se encuentra en los niveles deseables de organización. Sin embargo, el resto de país merece una atención seria y profesional. 

La proximidad de la tercera ola de Covid y el inminente inicio vacacional de la Semana Santa plantean un verdadero reto del que no queda claro cuál será el plan de acción gubernamental. Quedan concernidos todos los niveles de gobierno en esta responsabilidad porque, precisamente, se trata de la atención constitucional a la población, no de la atención de las militancias de partido. 

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