El cerebro femenino

Desde el siglo pasado el tema de las diferencias entre el cerebro femenino y masculino ha puesto diversos tópicos sobre las mesas de discusión de los científicos, entre ellos el desarrollo de habilidades como la inteligencia, la memoria, el lenguaje, entre otras.

Al respecto de este tema, el libro denominado The neuropsychology of women, de Fletcher-Janzen, hace una recopilación sobre diferentes estudios que tienen como finalidad explicar la razón de estas diferencias.

Es importante mencionar que la participación de la mujer en los ensayos clínicos comenzó a regularse a partir de 1986, cuando los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos Americanos adoptaron pautas que instan a la inclusión de mujeres en la investigación clínica.

Después, en 1993, se implementó la primera ley que garantizó la inclusión de mujeres y grupos minoritarios como parte de dichos ensayos. Anteriormente se creía que la participación de mujeres en este tipo de actividades podría afectar su salud o de algún modo su fertilidad.

Años después, en el 2000, los organismos reguladores del sector salud incluyeron normas que garantizaron la participación de las mujeres en proporción a su representación en la población.

A partir de este tipo de estudios se ha concluido que los hombres tienen aproximadamente 9 por ciento más de volumen cerebral que las mujeres, lo cual no implica diferencias funcionales en cerebros sanos; esto puede estar relacionado con la diferencia en talla entre hombres y mujeres.

En 2007 un estudio longitudinal realizado por Lenroot y Giedd reveló además que existen picos de crecimiento en el desarrollo del encéfalo, área donde las mujeres alcanzan su mayor pico de crecimiento alrededor de los 11 años y medio. Los hombres lo alcanzan alrededor de los 14 años y medio, lo cual nos lleva a explicar el mito que dice que las mujeres maduran antes que los hombres.

Aunque debemos tener en cuenta que los datos sobre las diferencias de género aún son controvertidos, las investigaciones recientes informan tendencias interesantes que son dignas de mención, como que estas diferencias anatómicas sugieren que los cerebros femeninos tienen una mayor capacidad para lidiar con las agresiones tempranas, por lo que el camino para explicar estas conclusiones y en algunos casos mitos aún es amplio.

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