Ni benditas ni malditas

2021-06-30 06:00:00

Afirma Byung-Chul Han que el respeto es una pieza esencial de lo público y donde éste desaparece, toma su lugar la decadencia: “Lo público presupone, entre otras cosas, apartar la vista de lo privado bajo la dirección del respeto. La destrucción de las distancias espaciales va de la mano con la erosión de las distancias mentales, de esta forma la medialidad de lo digital es perjudicial para el respeto”. La visión pesimista respecto del mundo digital de este filósofo surcoreano presupone una pérdida de sentido de algunos de los sistemas de conocimientos que hemos construido los seres humanos a lo largo de los últimos siglos, entre ellos la cultura, la política y la propia filosofía. 

Sin embargo, no todos los autores tienen una percepción tan terrible y caótica de esta era digital. Michel Serres siempre se mostró optimista de la relación que comenzaba a surgir en el inicio del siglo 21 entre las tecnologías de la información y el público, refiriéndose principalmente a las mujeres y a los jóvenes. Serres afirmaba que con el acceso al teléfono móvil y a todos los lugares que esta tecnología nos permite, el saber se estaría convirtiendo en un bien libre y abierto para todas y todos: “De cierta manera el conocimiento ya es transmitido siempre y en todas partes. Objetivado, por cierto, pero, además, distribuido, no concentrado”. 

Para bien o para mal, este 30 de junio se celebró el día mundial de las redes sociales y los números que las acompañan son abrumadores. Sin lugar a duda, el Big Brother de Orwell está entre nosotros, lo tenemos al alcance de la mano. De acuerdo con el estudio The Global State of Digital 2021 de Hootsuite y We Are Social, hoy en día 53.6 por ciento de la población mundial tiene acceso a alguna plataforma de redes sociales de forma activa, lo que representa 4 mil 200 millones de personas. De este gran total, 98.8 por ciento de los usuarios se conectan a través de dispositivos móviles, lo que representa un enorme paso en la “democratización” de la información. 

En México las cifras también son impresionantes. El acceso a Internet se acrecentó de forma importante durante el 2020 a causa de la pandemia de Covid-19. Con una población de más de 127 millones de personas la cantidad de conexiones móviles a través de una tarjeta SIM (suscriber identity module) que se realizan en nuestro país es de 115 millones, además 100 millones de personas hacen uso constante de plataformas de redes sociales, lo que representa 77.2 por ciento de la población mexicana activa en Internet. De acuerdo con este mismo estudio, Facebook es la red social con más usuarios en el mundo y en México, con 2 mil 800 millones de usuarios y 101 millones respectivamente, le siguen YouTube y WhatsApp. 

De esta forma, las redes sociales se han consolidado como una herramienta indispensable para cualquier actividad y profesión, sea pública o privada, no sólo por sus alcances sino también por el enorme impacto e influencia que ejerce en los usuarios, principalmente en los espacios económico y político. 

En la actualidad y gracias a la ciencia de datos, las estrategias electorales caminan por los espacios digitales con información muy precisa respecto de los gustos, preferencias, anhelos, temores, deseos y problemas de los diferentes grupos ciudadanos. De esta forma es mucho más sencillo establecer objetivos de comunicación y perfilar los mensajes para cada tipo de audiencia. 

Con estas herramientas se pueden detonar situaciones, orientar emociones e influir racionalmente en los intereses de las personas que mantienen en paralelo una vida real y una digital, imponiéndose en muchas ocasiones la segunda sobre la primera. De esta forma, es claro que quienes tengan información sistematizada de los millones de usuarios de las redes sociales tendrán, también, una enorme ventaja para incidir en el mundo digital. 

*Consultor político, especialista en comunicación digital

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