D�a de Muertos

2021-10-25 06:00:00

Sólo quien entiende y ha sentido la muerte como un proceso de aprendizaje sabrá la importancia de celebrar el Día de Muertos en hogares y escuelas. 

La muerte nos enseña a vivir en plenitud y es una decisión personal. Nadie puede opinar por otro en la decisión más importante del ser humano, que es la manera de vivir, porque la felicidad de gozar la vida es un proceso continuo que uno mismo construye y provoca la edificación de lo más preciado, que es el autoconocimiento, la autoestima y la valoración de lo que tenemos y somos. 

Cuando un ser humano depende de personas, objetos, situaciones deja de vivir plenamente porque necesita de algo exterior para ser feliz; eso es un estado emocional falsamente creado por creencias impuestas por familia, religión, escuela y sociedad que distraen, confunden y hacen perder el sentido de la admiración por la vida. 

Plenitud es lo contrario del miedo al vacío, a la pérdida que genera angustia, soledad e incapacidad de relacionarse o interactuar. En nuestro interior debemos cargar lo que vamos construyendo con nuestras acciones y nos dan la seguridad, independencia y responsabilidad de vida y felicidad. 

Si enseñamos a nuestros niños y jóvenes que lo único seguro que tenemos al nacer es que moriremos y con ello trascenderemos, entenderán la necesidad de vivir en plenitud generando mayor humanidad. Desde el día último de octubre y hasta el 2 de noviembre todo México celebra el Día de Muertos para entender que hay una vida después de la vida y que son nuestros familiares quienes se encargarán de honrarnos con ofrendas con base en nuestras acciones. 

Ya los nativos de nuestra tierra le llamaban Mictlán al lugar donde estaban los muertos y se encontraban con Mictlantecuhtli, el señor del lugar de los muertos o Popocatzin, el ser humeante. Según la tradición, un perro xoloitzcuintle guía a los difuntos en ese buen viaje y lo trae de regreso espiritualmente para encontrarse con sus seres queridos, quienes hacen un altar en su nombre, beben, comen, hacen fiestas, oran y los recuerdan por sus buenas acciones. 

La UNESCO lo considera un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y un símbolo de la identidad nacional mexicana que cada vez toma mayor fuerza en películas y series internacionales por los espectaculares eventos que hoy se organizan y que han logrado ganar terreno a celebraciones paganas como el Halloween gracias a que familias, escuelas, gobierno y sociedad siguen esta bellísima tradición adornando espacios con altares, flores de cempasúchil, papel picado, sal, agua, calaveras de azúcar, pan de muerto, objetos personales del difunto y su fotografía rodeada de luz con veladoras, copal e incienso que genera aromático humo para recordarnos que viene de aquel mundo espiritual entre nubes para estar con nosotros. 

La muerte celebrada en México no es la ausencia, sino una presencia viva en el más allá y en nuestro mundo; nos habla de la importancia de trascender. Aquí la importancia de celebrar la muerte, hablar a hijos y estudiantes de un acto que tarde o temprano deberán enfrentar estimula entonces la consciencia del bien vivir en comunidad, trascender y dejar buenas experiencias y recuerdos bellos entre los seres amados. 

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