No estar

2022-04-26 06:00:00

En el hemiciclo histórico de Guadalajara pocas fechas (o ninguna) tienen la importancia del 22 de abril de 1992. 

Aunque a alguna parte de la generación TikTok se le empieza a escapar lo que sucedió esa primavera, socialmente debemos generar una conciencia entre ellos para que ese hecho quede grabado y con ello recordarles –recordarnos– que una serie de negligencias provocaron la destrucción de una parte del sector Reforma por combustibles en el subsuelo. 

Este no es el caso de Enrique Alfaro Ramírez. El gobernador estaría por cumplir 19 años el día de las explosiones en Analco. Ese suceso marcó a una generación porque además trajo un cisma político que devino en la expulsión del poder político del PRI. 

Entonces yo estudiaba en la Prepa 5 y asistía a lo que denominaban Áreas en lo ahora son las instalaciones de la Escuela Vocacional. Cuando regresamos a clases fue impactante enterarnos de que uno de nuestros compañeros no había vuelto. 

De regreso a Urdaneta (la calle de la Prepa 5), desde un par de años antes de las explosiones estaban muy presentes el grupo estudiantil al que pertenecía Alfaro (junto con Clemente Castañeda, Hugo Luna, Ismael del Toro, Tomás Figueroa y los Bernal). Es cierto que la mayoría ya habían terminado el bachillerato cuando sucedió la tragedia, sin embargo, el grupo mantenía cierta presencia. 

Me queda claro que la importancia histórica de las explosiones no les fue ajena a Alfaro y a su generación. El viernes pasado, el gobernador escribió este tuit: “Se conmemoran 30 años de un #22DeAbril que no se olvida, de una tragedia que acabó con la vida de más de 200 personas, que dejó centenares de víctimas y que cambió por siempre la historia de nuestra ciudad”. 

Este post fue lanzado desde Chicago donde se encontraba en la última parte de su gira en Estados Unidos de la semana pasada. El mensaje fue colocado en su cuenta al tiempo que degustaba unos presumibles ostiones en el Shaw’s Crab House (con platillos desde los 18 y hasta los 170 dólares). 

Ante un evento tan importante en la memoria colectiva tapatía, choca el desdén y la ausencia del gobernador en la conmemoración del 30.º aniversario de la tragedia. 

Como alcalde de Guadalajara, Alfaro se comprometió a aumentar el apoyo mensual a los damnificados, así como mejorar su atención médica. También en entregarles despensas mensuales. 

El jueves pasado el gobierno del estado liberó un comunicado que provocó la molestia de los damnificados. Fundamentalmente presumieron que habían apoyado más que nunca al fondo, que había medicinas y que habían entregado una carta al presidente con el objetivo de que Pemex reconociera su responsabilidad. 

Un día después en la Estela contra el Olvido, la lideresa de la agrupación 22 de Abril en Guadalajara, Lilia Ruiz Chávez, recordó que las despensas sólo llegaban en abril para la foto. En entrevistas previas, la activista criticó fuertemente el manejo de los recursos del fondo para los afectados y mostró su indignación ante la falta de consultas médicas y medicinas. 

Otro de los grandes pendientes que nuestro gobernador –embelesado con sus ostiones– olvida es la verdad histórica. Hacer gestiones y desplegar su capital político para que se abra una nueva investigación respecto a la cantidad de muertos y desaparecidos es fundamental. La cifra oficial de 212 fallecidos es algo que nadie en su sano juicio cree. 

Estar presente significa desplegar sus artes para que Andrés Manuel López Obrador intervenga en Pemex con el objetivo de reconocer su falta histórica (provocada por sus trabajadores huachicoleros de entonces) y asuma de una vez por todas la responsabilidad de la tragedia. 

Tales acciones significarían superar la ausencia de Alfaro, su no estar, ante un evento que todavía le duele mucho a la ciudad. 

Twitter: @cabanillas75

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