La maternidad o el cuento de la criada

2022-05-11 06:00:00

En su novela de anticipación, titulada El cuento de la criada, la escritora Margaret Atwood nos pone en guardia contra la intención autoritaria y machista de controlar la maternidad y, por lo tanto, de controlar a las mujeres. 

En su descripción de una situación tan extrema que esperemos no llegar a vivir, Atwood nos muestra la relación que existe entre la maternidad y la libertad de las mujeres. Para quienes no han leído la novela, o visto la serie basada en ella, les comento que está situada en un futuro no muy lejano en el que en los Estados Unidos se estableció un patriarcado basado en una lectura fundamentalista de la Biblia, que coincide con un momento en el que la fecundidad, tanto de varones como de mujeres, está disminuyendo. 

En las circunstancias narradas en la novela, a todas las mujeres se les asigna el papel de criadas, pero a aquellas que todavía tienen la posibilidad de quedar embarazadas, se les obliga a tener los hijos de los varones de la elite política, fecundándolas a través de violaciones rituales, para después arrebatárselos, sin permitirles verlos de nuevo, y después enviarlas a otra casa, a tener hijos para alguien más. A las demás, se les obliga a vivir como si fueran analfabetas, porque se les prohíbe leer y escribir. Y claro, se les niega la participación política, además de que se asigna a ciertas mujeres el papel de controlar a otras mujeres. 

En fin, la novela plantea cómo, en un sistema patriarcal, a las mujeres se les niegan muchos derechos básicos: la posibilidad de decidir si quieren o no tener hijos, cuándo y con quién; el derecho a criar a sus hijas e hijos; el derecho a decidir a qué quieren dedicar su vida; el derecho a la libertad de pensamiento y conciencia; etc. 

Lo interesante de la novela es que refleja bastante de la realidad que se vive en muchos países, incluyendo el nuestro. No por nada el día de las madres se impulsó en México como una celebración en contra de las demandas del movimiento feminista mexicano. Por ejemplo, la posibilidad de decidir sobre tener hijos o no está muy limitada, especialmente porque aún no se legisla para permitir a las mujeres abortar en las mejores condiciones posibles, cuando así lo deseen. Por otra parte, la violación y la violencia doméstica siguen creciendo, en especial a raíz del confinamiento. Las mujeres no pueden aún vivir una vida libre de violencia. 

Además, hay muchísimas madres que no pueden celebrar ese día porque les arrebataron lo que le daba sentido a esta fecha, sea por los asesinatos, sea por las desapariciones de tantas personas, hijas e hijos de esas mujeres que no dejan de buscarles con los medios que tienen a su alcance, porque nuestro gobierno no demuestra querer poner de su parte para encontrarles, y para resolver esa situación, es decir, hacer lo necesario para que deje de existir ese problema. 

Finalmente, para muchas mujeres, la maternidad las ha puesto en una situación de dependencia, porque al cerrar las guarderías y las estancias infantiles, el gobierno les niega en los hechos la posibilidad de buscar por su cuenta el sustento para ellas y sus hijas e hijos, y las obliga a quedarse en su casa, esperando el dinero que el gobierno les quiera entregar, y cuando lo quiera hacer, y esta situación es peor cuando se trata de mujeres que no cuentan con el apoyo de una pareja que pueda contribuir al sostenimiento y la crianza de los hijos, y demás familiares. 

Así que, para que se pueda celebrar la maternidad en nuestro país, y para que sea libremente elegida y fuente de realización personal, aún queda mucho por hacer. Atendamos la advertencia de Atwood. 

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