Alfaro y UdeG seg�n Newton

2022-05-24 06:00:00

“Puedo calcular el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de la gente”

Sir Isaac Newton

 

Propongo acudir a Isaac Newton para intentar explicar los fenómenos políticos más inexcusables y recientes de Jalisco. 

Primero, contexto. La Universidad de Guadalajara (UdeG) y el gobernador de Jalisco han tenido una agria relación de amor-odio. Lo que pasó entre su padre y Raúl Padilla, la formación sentimental (entiéndase, política) de Enrique Alfaro fue construida en la Prepa 5. Tampoco se debe olvidar como fue escalando posiciones políticas bajo el manto del Grupo Universidad. 

Cuando se sintió con el impulso necesario, Alfaro rompió con Padilla para más tarde volverse a unir en un proyecto en común: destronar al PRI a nivel local. Movimiento Ciudadano y el Grupo Universidad intercambiaron perfiles y mantuvieron guiños hasta hace poco, apenas en la campaña electoral de 2021. 

Durante la pandemia, el invaluable apoyo de la UdeG eclipsó a la autoridad sanitaria estatal y al propio gobernador devenido en epidemiólogo. Las mismas decisiones sobre cómo sobrellevar al virus hicieron que se colarán las primeras desavenencias públicas. 

La gota que derramó el vaso fue a partir del recorte de 140 millones de pesos destinados a la construcción del Museo de Ciencias Ambientales. De ahí se vino la discusión sobre la autonomía universitaria y el manejo presupuestal de la casa de estudios. 

Las más recientes refriegas son: la UdeG anuncia la marcha más grande en la historia de Jalisco. Aparece publicidad falsa que decía que aquellos que asistan a la manifestación serían admitidos. Luego unos cuantos enmascarados se plantaron en los domicilios particulares del rector y de Padilla. Alfaro lo niega. Horas más tarde el gobernador publica un desplegado alegando que la UdeG pone en riesgo la estabilidad del estado. 

No la delincuencia y los asesinatos, no la corrupción sin tregua de los negocios naranjas, no la crisis de desaparecidos, no su mercurial carácter, no. La UdeG es la que pone en riesgo la estabilidad. Alfaro no pudo elegir un calificativo más absurdo. 

Y ahí estamos: dos cuerpos en inminente colisión. Con esto en mente, regresemos a Newton. 

Su primera ley postula que “un cuerpo permanecerá en reposo a menos que se aplique una fuerza externa”. Las dos entidades públicas y sus líderes permanecían en armonía a una velocidad constante. No fue sino hasta que una gran fuerza (¿el dinero? ¿AMLO?) hizo que cambiaran su estado inicial del sexenio. 

La segunda ley de Newton postula que “el producto de la masa de un cuerpo por su aceleración es directamente proporcional a la magnitud de la fuerza que actúa sobre dicho cuerpo”. Pasa lo mismo cuando Alfaro aplica su poder contra ONGs, su violencia verbal contra los medios de comunicación o sus lejanas críticas a funcionarios de segundo nivel del gobierno federal. Son cuerpos de tamaños distintos al de la UdeG. Por eso es que con la universidad va con todo. 

El postulado de la tercera ley de Newton es, acaso, el más famoso: “toda acción genera una reacción igual, pero en sentido opuesto”. Las constantes denostaciones han promovido la polarización y las mismas han subido de tono. No veo una figura local que pueda impedir que el choque pase de lo verbal y presupuestal a otro escenario. 

Los posicionamientos no guardan matices. La marcha de mañana es una oportunidad para que se garantice la libre expresión de un diferendo, pero… la tarde puede salirse de control. Ya hemos tenido represión en este estado y por este gobernador. 

Ayer la Coparmex contestó el discurso del gobernador dando a entender que efectivamente hay “unidad” en torno a Alfaro. Algo que la realidad no parece corresponder. 

La madre de todas las marchas es un escenario de riesgo, ya que esa expresión de músculo de la UdeG tendrá un equivalente en “sentido opuesto”: el gobernador. 

Mi mayor deseo es la mesura y que la sangre no llegue al río. 

Twitter: @cabanillas75

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