Temporada de aludes informativos

2022-07-18 06:00:00

En las últimas semanas, las estructuras a partir de las cuales se informa la ciudadanía se han visto saturadas de información que va en varios sentidos y, además, con pesos valorativos diferentes; con esto el flujo de datos se ve acompañado de interpretaciones muy variadas que dan por resultado el efecto no deseado de desinformación, en la medida en la que no se tienen los elementos para evaluar adecuadamente la información que se recibe. 

En parte tiene que ver con los eventos que se han acumulado, de naturaleza muy diversa, pero igualmente las políticas informativas de los diferentes medios y, por otro lado, la mediación de áreas de opinión y de actores políticos involucrados en los temas que, finalmente, no permiten tener ideas claras en relación con los temas que se están abordando. 

Un fenómeno reciente lo constituye el nuevo incremento de contagios de Covid, que tiene un avance progresivo y preocupante para las autoridades sanitarias mundiales. El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, se ha pronunciado con preocupación frente a las autoridades sanitarias internacionales al señalar que no se están tomando las medidas adecuadas para contener esta nueva fase de expansión en los contagios. 

En el caso de nuestro país, el número histórico total de casos positivos confirmados en México es de 6 millones 439 mil 616 y continúa la curva ascendente que inquieta por la rapidez de su expansión. Afortunadamente, la letalidad del mismo está muy atenuada, producto de varios factores, entre los cuales se halla la amplia cobertura de vacunas que ya tiene la población, muy diferente de los efectos mortales de hace dos años, sin embargo, la presencia de voces autorizadas o, en su caso, la preocupación manifiesta de las autoridades federales encargadas sobre este punto, distan mucho de colocarse como voces efectivas previniendo sobre la dimensión del incremento de contagios en materia de salud federal. 

De manera paralela a este fenómeno, encontramos una visita presidencial a los Estados Unidos en la que, en menos de tres de horas de negociaciones con algunos funcionarios norteamericanos, se lograron algunas interesantes fotografías, pero ninguna negociación sustancial sobre asuntos estratégicos. Las fotografías constituyeron una importante fuente de interpretaciones, pero no de análisis claros sobre el destino laboral, económico y migratorio que, en tres horas, es imposible siquiera de proponer. 

Concomitantemente, la detención de uno de los miembros del crimen organizado de la década del 80. La falta de claridad original de la detención ha colocado a diferentes actores, incluyendo a las propias agencias norteamericanas, adjudicándose el éxito del arresto de este icónico personaje del pasado. 

De igual forma, en días pasados estuvo en Guadalajara el secretario de Gobernación, quien estableció una definición contraria a la emitida por el gobernador en el sentido de señalar que, en efecto, como lo había señalado en otro momento el cardenal de Guadalajara, sí existen retenes ilegales en Jalisco y que habrá medidas establecidas por el gobierno federal para atender una situación irregular para asegurar el constitucional libre paso por el territorio nacional por parte de sus ciudadanos. Como era de esperarse, el señalamiento no describió ningún protocolo o estrategias a desarrollar. Habría que agregar que las declaraciones forman parte de una serie de mensajes que emitió en su calidad, también, de precandidato presidencial por el partido oficial. 

Sin un órgano claro de mediación, la ciudadanía queda a expensas de un alud informativo que no solamente proviene de las políticas de cobertura de los medios, sino del embravecido mar de actores con intereses. La gran pregunta sigue vigente, ¿cuándo tendrán tiempo de gobernar y administrar las instancias que fueron elegidas para ese efecto? 

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