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(Foto: Erendira Haros)
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Esos primeros amores, el gusto por otra persona o simplemente el deseo de pasar tiempo con alguien, aún sin la conciencia o definición de ser gay, lesbiana, trans o una persona no binaria, siempre dejan heridas y cuando se descubren, la inocencia del momento es vulnerada, “el mundo te ve diferente, te encasilla diferente y te define como lo otro, aunque tú no te sientas así, el mundo se encarga de decirte que eres lo otro”, narra el escritor Bladimir Ramírez.
Para él, su libro Prueba de Resistencia es un testimonio, a través de 10 cuentos cortos sobre esos primeros amores, ese momento en el que traicionaron o fueron traicionados por su cómplice.
Hablar de amor en la infancia y adolescencia es complicado, incluso, para los heterosexuales, sin embargo, para las infancias gay, quienes aún no se definen como parte de la comunidad LGBT+ es aún más complejo ya que se les acusa de hacer algo prohibido.
En Prueba de Resistencia, se enfoca en la infancia porque la “literatura gay del siglo 20 está enfocada en los adultos, en el sexo, en el cuerpo entendido como algo placentero, no en el cuerpo como un espacio de descubrimiento, de deseo, de duda”.
Es en la juventud en la que se experimentan cambios, tanto fisiológicos como emocionales, por eso “la niñez y la adolescencia es donde se va gestando la idea de ser objeto de deseo”.
Señaló que en la literatura la infancia LGBT+ “está abandonada, como si no hubiéramos sido niños y solo fuéramos adultos”.
Aunque en pleno siglo 21 se dice que no existe la homofobia y en las grandes metrópolis las personas dicen que se erradicó, “en realidad sí la hay”, indicó Ramírez, quien es oriundo de Zapotlán el Grande, municipio que al que describe como no tan cerrado ni conservador.
Pero hablando con más personas coincidió que hay pueblos de Jalisco y México que sí son muy conservadores y “cambia por completo lo que puedes hacer, cómo lo haces, dices, qué tan amanerado puedes ser en público, y si puedes agarrar a tu novio de la mano”.
El mundo necesita que se siga hablando y escribiendo de la guerra, la muerte, el amor, pero también necesita de literatura gay.
El libro Prueba de resistencia de Bladimir Ramírez fue presentado por la escritora y traductora Ana Gabriela Ortega, y el poeta y doctor en Letras, Luis Martín Ulloa.
Ella lo describió como un cuento de adolescentes y niños quienes encuentran “el reflejo al ver al enemigo”, además son protagonizados por niños y jóvenes solitarios que no tienen amigos, pero sí cómplices a quienes “son capaces de apuñalar por la espalda ante el temor de quedar expuestos, inocencia y la crueldad, previo al descubrimiento sexual”.
Consideró que el bullying y acoso atormenta a los protagonistas y les recuerda que “ser ajeno al resto es motivo de vergüenza, y no tienen más alternativa que resistir hasta que el otro se rinda y llegue su libertad, si es que llega”.
En las historias de Bladimir Ramírez, los niños aún no asumen una etiqueta, están en una etapa en la que no se asumen como homosexuales, aún no pertenecen aquí o allá, lo que sí hay es ese misterio e incertidumbre, manifestó el doctor en letras, Luis Martín Ulloa.
“Lo extraño, bonito, lo que provoca extrañeza, confortable y amigable, incertidumbre, se está y se vive con plenitud, se ve prácticamente en los cuentos”, indicó Luis Martín Ulloa.
Bladimir Ramírez estudió letras hispánicas en el Centro Universitario del Sur en la Universidad de Guadalajara, fue becario de la Fundación para Letras Mexicanas y realizó una estancia en literatura en las Islas Marías.
Además escribió ensayos y cuentos en distintas revistas y fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura Juan Salvador Gallardo Dávalos.
EH
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