15 a�os sin don Juan Manuel Lozano

2022-10-09 06:00:00

La física, parte esencial de la cultura y de la civilización, en tanto conocimiento y comprensión de la naturaleza, es un satisfactor intelectual de primer orden; entender a la naturaleza, aunque sea sólo en parte, proporciona un enorme placer 

Juan Manuel Lozano Mejía, ‘Cómo acercarse a la Física’, Limusa Noriega Editores, México (2005), p. 8 

 

La búsqueda del nuevo conocimiento puede ser una actividad bastante lúdica, como a lo largo de su vida lo demostró en su hacer y ser don Juan Manuel Lozano Mejía; no lo demerito al omitir mencionar su grado académico, pues si bien fue el tercero en obtener el grado de doctor en física en la UNAM (1960), no le gustaba dicho tratamiento, ¿tendría que ver con su autoría de la famosa frase “Lo doctor no quita lo pen...”? 

Una de las primeras conferencias que le escuché, si mal no recuerdo, fue en una sesión dedicada a la enseñanza en un Congreso Nacional de Física, organizado por la Sociedad Mexicana de Física (SMF) de la que fue miembro fundador; con un proyector de acetatos y algunos de éstos elaborados con plumón se cuestionaba los métodos de enseñanza de la ciencia a la que dedicó su vida y era uno de sus grandes amores. 

A decir de sus amigos y colegas cercanos y su esposa Alicia, mencionaba que si no sabíamos utilizar el proyector de acetatos que sólo tenía un botón –y lo ejemplificaba poniendo acetatos cuyo diseño en más de alguna vez nos tocó sufrir en otros conferencistas–, cómo habríamos de aprovechar instrumentos con más botones, como la computadora y su teclado. 

Sobre él escribe quien fuera su alumna y ahora destacada investigadora en historia de la ciencia, la doctora María de la Paz Ramos Lara: “Si algo admiré de la personalidad del doctor Lozano, además de su memoria prodigiosa, fue su claridad y capacidad de decisión sobre el papel que debía ejercer como científico, como profesor, como funcionario y miembro de la UNAM, como ciudadano mexicano (en su entorno familiar y social) y como ser humano” (Ciencias, Núm. 94, Abril-Junio 2009, p. 42), y no era para menos, pues se formó como físico en el primer espacio que tuvo dicha ciencia en nuestro país, el Palacio de Minería, de donde acudía y se hizo asiduo a un café cercano, y a las meseras que le tenían bien identificado les decía que era muy afortunado, pues su escuela era un palacio. 

Ya como estudiante en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en Santa María Tonantzintla lo escuché en una magistral intervención en el seminario que ahí se tiene para estudiantes de posgrado; en dicha institución en aquella época (los 90 del siglo pasado) se vivía un sistema de castas que haría palidecer a un hindú, así que cuando lo presentaron diciendo “está con nosotros Juan Manuel Lozano, quien me ha pedido que no lo llame doctor...”, los que sabíamos la historia esbozamos una sonrisa. El título de su conferencia fue “Algunas vaciladas sobre Mecánica Clásica”. Lozano falleció el 10 de octubre de 2007. 

@durrutydealba 

JB

 
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