�No somos profetas de tragedias�

2022-10-25 06:00:00

La pastoral de la comunicación que realiza la Iglesia católica está profundamente exigida a tener una visión de la realidad amplia y profunda en todas sus expresiones y niveles. “Escuchar con el corazón” y “Hablar desde el corazón” es el lema del Encuentro de Comunicadores de las Diócesis de México, que se celebra actualmente en Guadalajara en la semana del 24 al 28 de octubre.

La iglesia siempre está al día, “no porque busque la novedad, sino porque busca caminar con el pueblo”, y hoy no podemos dejar de caminar con todos aquellos que caminan y transitan por las redes sociales, expresó el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Rogelio Cabrera López, en la apertura del encuentro.

Hoy las redes sociales nos empujan a la reacción inmediata sin pensar, sin tener prudencia, señala Cabrera López, y que en la pastoral de la comunicación tenemos que ser prudentes, “y no digo cobardes”; tenemos que medir el alcance de lo que decimos, lo que narramos, lo que presentamos, porque estamos llamados a crear unidad integral.

La pastoral en los medios de comunicación parte de la comprensión de todo aquello que acontece en la vida, siempre dispuesta a identificar las semillas del verbo que se dan en todo tipo de situaciones, incluidas aquellas en que la iglesia se ve rechazada y denunciada.

El que trabaja en la comunicación no puede ser pendenciero o bravucón, deber tener el corazón tierno de Jesús, que sabe hablar y que sabe callar, que sabe ser oportuno en su intervención, que no es simplemente reactivo. Ese es el compromiso de la pastoral de la comunicación, llevar a las personas el amor, la misericordia y la ternura.

Hay que oír y hablar con el corazón, porque la comunicación es siempre integral e integradora. Los pensamientos, las imágenes y los sentimientos se entrelazan para el relato de la comunicación.

E infiere que el comunicador debe tener el estilo tierno y cuidadoso de Jesús, y conocer el proyecto de comunicación de Jesús: “Dar la buena noticia a los pobres, a consolar, a liberar”. Estos son los verbos que deben acompañar nuestra comunicación. Porque evangelizar es llevar la alegría, la esperanza, porque “no somos profetas de tragedias”.

Estamos llamados a ilusionar con el amor de Dios, a los grupos sociales más vulnerables, tocando el corazón de las familias que sufren múltiples violencias, extorsión, secuestro, trata de personas, abuso, abandono del Estado, pobreza y precariedad salarial, para que las personas tengan la visión de lo trascendente, ayudándolas a mirar al cielo con el abrazo fraterno.

Este es un tiempo de prueba, de esfuerzo, con la tarea y camino de tejer la paz, escuchando con los oídos del corazón, promoviendo una cultura de paz, con espíritu sensible, entablando un diálogo creativo y propositivo con la sociedad, siendo una iglesia que genera cultura, que es interlocutora, y una voz que interviene en las grandes transformaciones que necesita nuestro país.

En este encuentro, los comunicadores católicos presentan el Manifiesto por la Paz, explica el padre Antonio Gutiérrez Montaño, coordinador de la pastoral de la comunicación de Guadalajara: “Es un llamado ante la situación de violencia, a tejer los hilos de paz en nuestro país, que exige emprender un camino, en el cual los comunicadores católicos estamos llamados a participar porque la paz es la garantía de todos los derechos humanos para todos”.

Argumentan que los derechos humanos individuales como los económicos, culturales, religiosos y ambientales deben ser impulsados para todos, además de los derechos de todos los pueblos a su independencia, autogestión y desarrollo. Ese es el camino y esa es la tarea para todos los comunicadores.

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