Hora de separar�

2022-12-11 06:00:00

Aunque algunas autoridades se niegan a admitirlo, actualmente el Área Metropolitana de Guadalajara enfrenta una crisis en el manejo de la basura. 

Las autoridades municipales y el gobierno de Jalisco parecen creer que la solución simplemente pasa por encontrar un nuevo lugar donde tirar los residuos y apuntan a la expansión del basurero de Picachos, en Zapopan. 

Sin embargo, este modelo de simplemente recoger los residuos y enterrarlos en un relleno sanitario genera altísimos costos económicos, ambientales y sociales que ya son insostenibles. 

Por ejemplo, Guadalajara le paga a la empresa concesionaria Caabsa Eagle alrededor de 10 millones de pesos a la semana por un servicio deficiente de recolección de residuos y una muy cuestionable disposición final en basureros que operan tan fuera de norma que rayan en crímenes ambientales. 

Los contratos de Caabsa Eagle con Guadalajara, Tonalá, Tlajomulco y El Salto, o de otras empresas como Hasar’s en el caso de Tlaquepaque, señalan que el pago es por tonelada de residuos que se llevan a un basurero. 

Pero si la política pública en torno a los residuos contemplara la separación, se podrían reducir esos gastos económicos, además de minimizar las afectaciones ambientales y sociales. 

Desde 2008 existe una norma ambiental que obliga a los municipios a realizar una recolección diferenciada para que la gente, desde sus casas, separare residuos orgánicos, inorgánicos y sanitarios. 

Si los residuos orgánicos se transforman en composta y los materiales inorgánicos que pueden reciclarse se aprovechan, la cantidad de desechos que se llevan a basureros sería mucho menor y por tanto también los pagos a las operadoras de los tiraderos, y también se reduciría la contaminación y los problemas sociales que genera. 

Según el nuevo Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos 2022-2024, la basura orgánica que se genera en México es casi la mitad, 46 por ciento, y la basura inorgánica que puede aprovecharse es otro 32 por ciento. 

La oportunidad es enorme, pues actualmente más de 90 por ciento se entierra en basureros, cuando en realidad sólo 22 por ciento de los desechos es realmente basura que no tiene provecho. 

Además de reconocer este potencial, el programa nacional pone sobre la mesa la necesidad de incluir en el modelo de gestión a quienes son los verdaderos expertos de la basura y la separación: los pepenadores. 

Se estima que en México son hasta 2 millones de personas las que viven de la pepena, en esquemas injustos e irregulares donde no se les garantizan derechos laborales ni medidas de seguridad y sanitarias para realizar su labor. 

Por ello, propone incentivar la creación de cooperativas de pepenadores e incluirles en el modelo, donde con su experiencia puedan ayudar a incrementar el reaprovechamiento de residuos y la reducción de los desechos que son llevados a basureros. 

La publicación del programa nacional coincide con un momento crítico en la ciudad, por lo que puede ser un entorno coyuntural ideal para, de una buena vez, dar el giro necesario. 

En Tonalá es donde más fuerte ha impactado la crisis de la basura, debido a la contaminación de basureros y los conflictos municipales con Caabsa que mantienen las calles repletas de desechos por la suspensión de la recolección. 

Es ahí donde primero debería aprovecharse la crisis para comenzar con el cambio de modelo, con la sensibilización de la ciudadanía sobre la necesidad de reducir y separar su basura, por su propio bien, y con la inclusión de los pepenadores, que se han manifestado porque se quedaron sin sustento debido a la clausura de los basureros en el municipio. 

Las próximas semanas son cruciales en Tonalá para la separación de la basura y cambiar el esquema que, actualmente, perjudica a la mayoría de la población. 

Twitter: @jcrtoral

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