No podemos esperar m�s

2023-03-12 06:00:00

La lucha de familiares de personas desaparecidas ha sido incansable. En Jalisco, desde 2016 se ha apostado por crear instituciones especializadas que contribuyan a localizar a sus seres queridos. Sin embargo, la esperanza generada no se ha materializado. Años después, las familias que han participado en estos procesos no han tenido respuestas.

Aunque parece imposible acceder a la verdad y la justicia, muchas familias persisten en su lucha, misma que en los últimos años ha derivado en el surgimiento de nuevos colectivos. A pesar de las diferencias y distintas técnicas de búsqueda que realizan, comparten el mismo objetivo de encontrar a sus seres queridos, así como el mismo reto de impulsar acciones de búsqueda que corresponden a las autoridades.

En 2021 sus esfuerzos llevaron a un gran avance a nivel estructural: la aprobación de dos leyes estatales en materia de desaparición. Aunque para muchas familias estas leyes parecen ser instrumentos abstractos y alejados de su realidad, que consiste en las búsquedas cotidianas en campo, otras las ven como herramientas creadas para sentar las bases y obligar a que las autoridades busquen.

El lunes pasado durante el foro Una lucha persistente, organizado por el Cepad, se generó un espacio de diálogo entre familiares de personas desaparecidas a fin de que compartan sus experiencias, retos y necesidades a dos años de la aprobación de las leyes en la materia.

Si bien estas legislaciones se consideran un gran logro de las familias, parece que sus contenidos en gran parte quedan todavía en el papel. Se perciben avances, pero también a dos años de su aprobación se mantienen las mismas prácticas que han existido desde antes. Persiste la violencia institucional y la discriminación en atención a víctimas, que se refleja en el trato diferenciado hacia quienes tienen mayor solvencia económica o forman parte de un colectivo. Todavía hay deficiencias en la coordinación interinstitucional, las familias siguen supliendo las labores de las autoridades y en el interior del estado permanecen en el olvido y abandono institucional.

Asimismo, persiste poca apertura para escuchar críticas y exigencias. En vez de atender las necesidades, las autoridades minimizan la importancia de garantizar verdaderos mecanismos de participación conjunta, una obligación legal que queda incumplida. Las familias han resaltado que tampoco las recibe el gobernador, quien ni siquiera tuvo el compromiso de participar en las sesiones del Comité Coordinador del Sistema Estatal de Búsqueda y desde la sesión de su instalación asignó a su suplente.

Además, permanece el incumplimiento pleno o parcial de algunos artículos transitorios. Quedan pendientes por aprobarse los reglamentos de la ley y de la Comisión de Búsqueda, el Programa Estatal de Búsqueda y hace falta mejorar la metodología de los registros para que cumplan con todas las características establecidas en la ley, procesos en los cuales deben atenderse las observaciones de las familias.

Aunque estas leyes se han considerado muy garantistas, son perfectibles y quedan oportunidades para su mejora. En este sentido, en el evento se mencionó la importancia de garantizar la autonomía de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas. Además, se recordó la deuda pendiente con las víctimas en Jalisco: la iniciativa de ley de víctimas.

¿Qué más necesita pasar para que los esfuerzos de las familias pudieran verdaderamente materializarse? Jalisco se posiciona en los primeros lugares a nivel nacional en personas desaparecidas y cuerpos recuperados en fosas clandestinas, y aun así las leyes construidas desde la esperanza se convierten en un vacío, y las respuestas que tanto esperan no llegan.

Este 8 de marzo, considerando que más de 75 por ciento de quienes denuncian la desaparición son mujeres, reconozcamos su lucha persistente para encontrar a sus seres queridos y detonar grandes cambios institucionales, no sólo por sus familiares, sino también por otras personas que viven la misma situación.

Las familias dijeron que ya no pueden esperar más. Acompañemos a estas mujeres que son dignos ejemplos de lucha y solidaridad. No las dejemos solas y no permitamos que pase más tiempo.

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