Como en 2017

2023-03-13 06:00:00

Al presidente de la República que ganó como ningún otro presidente en la historia del país no le importa en lo más mínimo el desempeño de la economía. Está tan convencido de que su popularidad y sus conferencias mañaneras le permiten seguir dándole vuelta a los principales problemas del país, entre ellos, el bajo crecimiento económico, que no se esfuerza ni siquiera por elaborar ningún plan o estrategia para darle la vuelta a la situación.

Simplemente, no vale la pena.

Lo único que de la economía le importa es que el precio del dólar o el de la gasolina no se disparen y que la recaudación fiscal se mantenga para poder seguir financiando los proyectos que realmente son importantes para él: la refinería, el tren maya, el aeropuerto y el rescate de Pemex.

Eso es todo.

De los programas de reparto de dinero en efectivo, el más importante es la pensión a adultos mayores, que se lleva 238 mil mdp. El resto de los programas de ese tipo son menores. El tren se lleva 167 mil mdp y la refinería se llevó 45 mil mdp en 2022. La parte gruesa del presupuesto se la lleva Pemex, con 636 mil mdp.

Entonces es justo lo que tenemos: un presidente que no tiene plan ni proyecto para reactivar la economía. Simplemente piensa que sus obras de infraestructura serán suficientes para mover a la economía mexicana. Lo que no pasará.

Prácticamente desde que arrancó el gobierno, el grueso del presupuesto disponible se ha destinado a los mismos rubros y la economía no dio signos de recuperación. Ni siquiera durante los meses del coronavirus hubo algún cambio importante en la distribución de los dineros.

Las prioridades estaban en los proyectos del presidente. Ahora sus esfuerzos se centran en terminar a tiempo dichas obras. Si los proyectos sirven o están bien planeados es lo de menos. Lo importante es que se concluyan y que el presidente tenga su inauguración. Aunque al día siguiente no se pare ni un alma, el presidente ya tuvo el gusto de poder decir “cumplimos”.

En esencia, esa fue la cuarta transformación. Nada más. Lo que explica que el país lleva ya casi un año en estancamiento económico y no parece preocuparle a nadie. Lo importante son las obras y, por supuesto, la marcha en apoyo del presidente del próximo 18 de marzo.

El presidente está en campaña, y de aquí no parará hasta las elecciones de 2024. Váyase acostumbrando. Si antes no hacía caso a las alarmas de una economía estancada, ahora menos. Todo serán elecciones y votos.

Así que no debe sorprendernos que hoy la economía mexicana esté en el mismo nivel de actividad económica que tenía a finales del 2017, lo que se traduce en un empobrecimiento promedio de la población y en una reducción del nivel de vida, simplemente porque la población en 2017 era de 122 millones de personas y en 2023 ya sobrepasamos los 126 millones.

Una economía estancada en un país con una población creciente es la fórmula para un proceso de empobrecimiento. Pero usted no se fije, vea solo lo que le importa al presidente: su popularidad, su marcha y las elecciones de 2024. Eso es todo, no hay nada más.

Twitter: @Israel_Macias

jl/I

 
Derechos reservados ® ntrguadalajara.com