El renovado consulado de Barcelona

2023-05-08 06:00:00

Me sorprendió gratamente el reciente mensaje de un profesor catalán en el que manifestaba su gusto porque el consulado mexicano en Barcelona “se había vuelto a establecer”.

De primera intención no dejó de intrigarme, pues dicha dependencia, hasta donde yo sé, no ha cerrado sus puertas desde que se volvió a instaurar al reanudarse las relaciones diplomáticas con España, después de la muerte del dictador Franco. Pero lo cierto es que la percepción de mi colega era que nuestra representación consular había dejado de existir algunos años atrás, y si ahora daba buenas señales de vida era sencillamente porque había reabierto sus puertas.

Lo saqué del error, pero como la ropa sucia se lava en casa, me abstuve de decirle que su apreciación se debía a que, al menos durante los últimos 12 años, dicha oficina se había concretado a los asuntos indispensables de nuestros paisanos allá y, eso sí, a cobrar puntualmente sus estipendios. Nada más…

La sensación de que el consulado se había establecido de nueva cuenta en fecha reciente se debe a que, desde hace poco más de un año se empezó a producir una renovación, que no ha terminado por cierto, y la dicha oficina se había puesto a trabajar.

Son los cambios que se hicieron en esta administración, aunque en ese mundo son lentos y paulatinos. Lamentablemente no era posible hacer un corredero de funcionarios fifís y cambiarlos de un plumazo por gente que asumiera su encargo como debe ser.

Los motores se echaron a calentar cuando un paisano nuestro, Adrian Michel, se estableció en Barcelona por encargo del canciller Ebrard. Luego apareció una nueva cónsul, llevando en su hoja de servicios su espléndida gestión como gobernadora de Sonora.

Doña Claudia Pavlovich, con ese modo de ser entrón de sus paisanos y un gran sentido de responsabilidad por representar a nuestro país en esa importante región de la costa mediterránea, ya dio lugar a que el consulado se deje sentir y ofrezca una imagen de nuestro país que se contrapone a la que nos hace el favor de difundir, con su mayor entusiasmo, la prensa española.

Bueno, hasta el paso previo por Girona de la Selección Mexicana de futbol, antes de irse a hacer el ridículo, en Qatar sirvió para generar buena imagen. Ya no digamos su esfuerzo cotidiano para dar a conocer tantas cosas buenas que México ofrece, independiente de promover el intercambio económico y turístico.

Obviamente se han encargado de darle difusión a tres o cuatro libros editados en México que recuerdan gestas mexicanas de gran valor para Cataluña.

Con mucho éxito, por caso, se presentó en el propio consulado el librito que relata aquella visita del Barsa a México en 1937 que, a la postre dio lugar a que le salvara la vida… Así de fácil… Ahora, además de otras obras y gestiones, se promoverá el Diccionario de los catalanes de México, de cuya existencia ni siquiera se dieron por enterados sus antecesores.

Vienen, por ejemplo, reuniones con empresarios y la participación en una importante feria regional en tierras de Tarragona, a la que México ha sido invitado de honor. Son estos, y otros más, resultados valiosos de la gestión del “nuevo” consulado que, este 14 de abril celebrará el primer año de gestión que encabeza la nueva y excelente cónsul, sin que el equipo se haya logrado reanimar del todo.

Espero poderle explicar personalmente a mi colega catalán que la presencia del consulado mexicano que ahora se deja sentir no se debe a que se haya refundado el consulado de México en Barcelona, sino simplemente a que ahora hay mexicanos de verdad al frente de él, comprometidos con su nacionalidad, como debería de ser en todas las representaciones diplomáticas y consulares que tiene nuestro país por el mundo.

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