Xalisco

2023-06-15 06:00:00

Hoy, 16 de junio, Jalisco cumple 200 años de haber sido declarado estado. Dos centenarios en los que la historia nos ha dado para pensar en dónde estamos parados.

Y sí, nos hemos tenido que chutar toda esa faramalla, ese espectáculo y esa pirotecnia figurada para celebrar el bicentenario, y hasta festejar con un día de asueto para los estudiantes de educación básica y burócratas, además del discurso de que Jalisco es el origen de la identidad mexicana (ya saben: charros, mariachi y tequila)...

Lo cierto es que a lo largo y ancho del territorio estatal hay cientos, miles, millones de personas que hacen que Jalisco siga existiendo, que camine a pesar de las adversidades y que son quienes han logrado que nuestra entidad sobreviva, muchas veces pese a nosotros mismos, a nuestras autoridades.

En Puerto Vallarta, activistas se han opuesto por años al desarrollo inmobiliario rapaz que pone en peligro los ecosistemas de la región. La apuesta por mantener la sustentabilidad de la zona es parte de sus consignas. Sea contra tribunales, contra autoridades municipales o estatales, contra grandes empresarios y hasta contra el crimen organizado, han defendido el derecho de todos, incluidas flora y fauna, a seguir con vida.

Apenas en octubre pasado, tras 23 años, la comunidad indígena coca de Mezcala logró recuperar alrededor de 10 hectáreas de tierras comunales que invadió un particular. Y aunque la lucha legal no había terminado por completo, el poblado celebró haber hecho frente al despojo de sus tierras y que un lento proceso legal que se alargó por más de dos décadas por fin hubiera dado frutos.

Sin importar el municipio o qué tanto deban viajar, las mamás buscadoras dan cada jornada una muestra indudable de persistencia. Buscan a sus hijos, sus nietas, sus esposos, sus hermanas, sea en vida o en muerte. Lo mismo visitan cárceles que hospitales, cementerios que morgues. Igual con libreta en mano para hacer anotaciones que sirvan a otra familia, en otro municipio, del otro lado de Jalisco, que con pala, rastrillo o pico para remover la tierra, la hierba, las piedras que se interponen entre ellas y las respuestas que tanto necesitan.

Las familias desplazadas en el norte jalisciense debieron abandonarlo todo: sus casas, sus animales, sus vehículos, sus tierras… para sobrevivir. Algunas han vuelto, pero no necesariamente lo hacen en paz. El crimen sienta sus reales y pone sus condiciones, mientras que los pobladores buscan formas de retomar la historia que alguna vez tuvieron, justo donde la dejaron.

La defensa que de sus lugares sagrados hacen los wixaritari, una labor que suma décadas, a la par de aguantar los embates de la invasiones de sus tierras, sin importar que les hayan sido entregadas, algunas de ellas, desde la época virreinal. Juicios agrarios, sentencias, marchas hasta la Ciudad de México para hablar con el presidente son solo un ejemplo de la fortaleza con la que enfrentan la adversidad.

Aquí en la capital, feministas, defensores de los derechos humanos, activistas en pro de los bosques, jóvenes que encaran una y otra vez los excesos de las autoridades, vecinos que exigen cumplimiento de las leyes… Todas esas personas que no ceden, incluso poniendo en riesgo su seguridad y hasta su vida, para que quienes vivimos aquí tengamos un mejor entorno.

Jalisco es de esas y de muchas otras personas. Y son un ejemplo diario y palpable de que si algo hay en este estado que hoy cumple dos siglos es resistencia.

Que nadie niegue que esos jaliscienses son quienes siguen haciendo historia.

200 años después.

Twitter: @perlavelasco

jl/I

 
Derechos reservados ® ntrguadalajara.com