Afortunadamente ahora que hay tantos observatorios para vigilar asuntos específicos y hasta tenemos la inteligencia artificial, que podría ser un aliciente para permitir crear colectivamente un detector de promesas de campaña incumplidas. Un Verificado para este tema.
Este 5 de noviembre arrancan las precampañas para candidatos a gobernador en el estado, y serán el parteaguas oficial para verificar si las promesas que hicieron cuando eran candidatos se mantienen en sus futuros gobiernos.
Los políticos la apuestan al olvido de la sociedad, y también al perdón que pueden solicitar con el paso del tiempo, y con toda razón porque nada pasa si se desdicen de sus propósitos iniciales o si desvían el rumbo porque hay otros que hasta cambian de ideología política sin ningún reparo.
El caso más reciente y mediático es el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien criticó a su antecesor, el independiente Jaime Rodríguez Mondragón, por dejar el cargo para aspirar a la Presidencia de la República, y en campaña prometió que no haría lo mismo; específicamente dijo que duraría los seis años.
Una situación que quedó rebasada porque ya pidió licencia a su encargo, precisamente porque los reflectores de una candidatura presidencial de su instituto político lo encandilaron, y aunque oficialmente aún no obtiene esa candidatura, el incumplimiento a su promesa de campaña quedó registrado al solicitar licencia.
No es el primero, ni el único, ni será el último en hacerlo; incluso podremos escuchar las mismas promesas en esta campaña y podrían terminar con el mismo efecto que el caso narrado. De ahí la importancia de no perder la memoria y crear este detector de promesas incumplidas.
Generalmente durante las campañas, los medios de comunicación hacen un conteo de las promesas que van surgiendo, pero como son tantas porque en cada evento se les ocurre prometer cosas nuevas es difícil llevarles el ritmo; algo se puede hacer para registrar las más trascendentes, sobre todo de los que pueden ganar, para poder contrastarlas en el futuro.
También está el hecho de que cuando surge una promesa incumplida, los opositores políticos son los primeros en rescatarlas y darlas a conocer públicamente, aun así debería haber un sitio oficial en el que esto quede registrado y que pueda ser consultado por cualquier interesado y no se pierda con el paso del tiempo.
En materia electoral hay muchos otros rubros que se tienen que vigilar como los gastos de campaña, que no se rebasen los topes, que cumplan los requisitos para ser candidatos, que no gasten de más los partidos políticos, y un sinfín de conteos que se deben de hacer. Y éste sería un extra que deberíamos darle prioridad por su importancia y que nos ayudará a la rendición de cuentas y a la exigencia de cumplimientos.
Esta labor es ciudadana y académica, hay que darle tiempo para obtener los datos en el monitoreo, por lo que podría servir de tesis para algún trabajo a largo plazo. Es cuestión de creatividad.
Es una dinámica que se debe hacer por municipios o mínimamente en la zona metropolitana y la gubernatura, que son los espacios donde los candidatos, sobre todo los que no tienen posibilidades de triunfo, prometen lo que saben que no pueden cumplir, al cabo son campañas.
Y los candidatos que sí pueden ganar simplemente le apuestan al olvido o a la capacidad de sus equipos para revertir la situación cuando esta se presente.
Aquí también cabe la crítica para los aspirantes a diputados locales que prometen cosas que les tocan a los ayuntamientos.
Hay que ver cómo se puede llevar este conteo, así como surgió el tema de Verificado, igual puede ser una variante.
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