Mi solidaridad con Rossana Reguillo
Cada quien sus desaparecidos. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene su propio desaparecido: Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un precursor de la Revolución mexicana que se rebeló en contra de Porfirio Díaz a finales del siglo 19. Exiliado, participó en otras luchas en Centroamérica y fue asesinado en 1895 en Bocas del Toro, Panamá. En una fosa común de esa isla se hallan sus restos. Al respecto, López Obrador escribió el libro Catarino Erasmo Garza Rodríguez. ¿Revolucionario o bandido?, publicado en 2016.
Para localizar, exhumar, identificar y trasladar a México los restos mortales de Garza Rodríguez, el presidente movió todo: hizo gestiones diplomáticas con el gobierno de Panamá y solicitó autorización del Senado de la República para enviar un equipo de militares a esa nación. Consiguió el aval legislativo, sin problema alguno: la Comisión de Defensa Nacional, que preside el senador de Morena Félix Salgado Macedonio, avaló en diciembre el dictamen que autoriza al presidente permitir la salida de 20 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El 14 de febrero, el pleno de la Cámara de Senadores aprobó, con 49 votos a favor, 15 en contra y 12 abstenciones, el proyecto de decreto para que salgan del país elementos de la Sedena y de la Armada, y que participen en la excavación arqueológica en Panamá. Senadores de oposición criticaron el proyecto de decreto. Lo que se está haciendo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) es una “falta de respeto para las víctimas del país y pinta de cuerpo completo la estrategia de seguridad de legisladores oficialistas”; con la autorización de la salida de estas tropas “se va a inaugurar el turismo militar”, y se está anteponiendo “el narcicismo presidencial” por encima del interés de atender la crisis de inseguridad y violencia que se vive en varios estados del país, y que el dictamen se aprueba cuando se registraron 49 mil 389 personas desaparecidas en esta administración, y el triple de asesinatos, acusaron.
Anteayer se publicó el decreto en el Diario Oficial de la Federación. Establece que 20 militares viajarán para apoyar a 11 especialistas de la CNB de la Secretaría de Gobernación en la excavación; se sumaron 60 elementos de la Armada para labores sociales y de interacción comunitaria en Bocas del Toro, del 19 de febrero al 16 de abril de 2024, y dos miembros de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En total, van por los restos del general 93 integrantes de cuatro dependencias federales. Ojalá lo hallen.
Cada quien sus desaparecidos. El país enfrenta una crisis humanitaria por la violencia y las desapariciones. Cientos de madres y padres buscan a sus familiares desaparecidos por grupos delictivos y/o por elementos de las fuerzas de seguridad. Más de 100 colectivos trabajan diario en fosas, con palas y picos, arriesgando su seguridad, sin apoyo muchas ocasiones o con obstáculos de las fiscalías y policías. Hacen lo que es obligación de las autoridades hacer. Se difama a defensores de derechos humanos, como el Centro Pro. Mientras, continúan los asesinatos de madres buscadoras. Prosigue la impunidad. La desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa es uno de los ejemplos más atroces. Con aval presidencial, se ocultan documentos al Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico. Miles de cuerpos permanecen sin identificar en morgues del país. Siguen apareciendo fosas clandestinas, detectadas sobre todo por colectivos. La CNB fue desarticulada. El Centro Nacional de Identificación, desmantelado. La “actualización” del registro de desaparecidos, malhecha.
Cada quien sus desaparecidos. El despliegue de 93 militares, especialistas y recursos para localizar en Panamá los restos de solamente una persona contrasta con lo que se hace en México. Para hallar a un solo desaparecido del país no se actúa igual. Es un insulto a las familias que no son apoyadas con tal fuerza. Prioridad del gobierno federal obradorista no son los miles de desaparecidos mexicanos. Su desaparecido en una fosa común, sí.
X: @SergioRenedDios
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