S�nchez Padilla, Ram�n Ignacio Prisciliano

2024-03-11 06:00:00

Aunque haya nacido en Ahuacatlán, hoy Nayarit, el 4 de enero de 1783, los jaliscienses podemos considerarlo nuestro, pues su papel en el nacimiento y primeros años del Estado Libre de Jalisco fue de una enorme importancia, sin dejar de reconocer que nunca se desentendió de su pueblo natal, que se halla en cuanto se cruzan las barrancas de Mochitiltic. Sabemos, por ejemplo, que al morir tenía al menos una propiedad productiva en su solar nativo...

No perdamos conciencia de que se trató de un gran mexicano, cuyo rol fue de suma importancia en el nacimiento de nuestra república y, sobre todo, en que ésta empezara su vida siendo además federalista, lo cual le dio una importante cohesión, pues de otro modo tal vez se hubieran establecido algunas rígidas fronteras en el interior de lo que hoy es México.

No de balde Marco Antonio Cuevas Contreras, cuyo espléndido libro sobre el prócer acabo de leer de punta a cabo, lo define como “el fundador del estado de Jalisco y del federalismo mexicano”. El estupendo texto al que me refiero data de fines de octubre de 2018, pero por andar en otros temas le fui sacado la vuelta a sus 700 páginas hasta que, en el último receso navideño, dispuse de la calma suficiente para gozar por completo de la lectura de esta obra de tanta calidad.

Aproximadamente la mitad es el texto biográfico y analítico de la obra de don Prisciliano, misma que se complementa con la consabida bibliografía y dos apéndices, uno de necrología y la otra con una colección de textos que emanaron de la pluma de Sánchez Padilla.

El autor sostiene, y estoy de acuerdo con él, que este hombre es el gran constructor del federalismo. No niego la influencia en ello de Miguel Ramos Arizpe, pero la importancia de Prisciliano Sánchez no es menor.

Desde luego que no me atrevería a quitar nada de este volumen, aunque me gustaría que el mismo Cuevas preparara una síntesis para una mayor difusión. Nadie mejor que él puede saber qué es lo más relevante de la vida de este prócer de quien a veces, olvidamos su existencia y el enorme mérito de su gestión política desde 1821 hasta su prematuro fallecimiento a fines de 1826, cuando apenas llevaba poco menos de dos años convertido en el primer gobernador del estado libre de Xalisco, desde el 24 de enero de 1825, al son de la Constitución proclamada en octubre de 1824.

Es cierto que, si bien resultó notable la gestión gubernamental de Prisciliano Sánchez, no lo fue menos su anterior trabajo político lo mismo en Xalisco que en la Ciudad de México, para que el federalismo se estableciera en su estado natal y en todo el país, en el cual había no pocos reacios a ello, entre los cuales se contaban sectores de la misma capital.

Pero cabe remarcar que, si Jalisco se convirtió en un ariete del federalismo mexicano, ello se debió en muy buena medida al trabajo parlamentario y teórico de don Prisciliano Sánchez.

Prueba de lo difícil que le resultó todo fue el rencor que generó en quienes, como el iturbidista y también realista Luis Quintanar, deseaban que el rey de España gobernara de nuevo este país o, por lo menos, que volviera a hacerlo el “ex emperador”. Con base en ellos el hombre decidió volver pero le costó la vida el intento.

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