Netflix está proyectando Troya: la caída de una ciudad. La historia surge de la mitología griega; gira en torno a las pasiones y las acciones desatadas por el rapto de Helena y su traslado a Troya por Paris. El esposo de Helena, Menelao, acude a su hermano Agamenón para ir a Troya a rescatar a su mujer y “lavar su honor”.
Los griegos lo veían como una afrenta embarazosa a su orgullo guerrero: eso no lo perdonarían. Se organizaron y encaminaron sus acciones contra Troya. La guerra fue larga y cruenta; murieron muchos combatientes de ambos bandos en los 10 años que duró el sitio. Ante la impenetrabilidad de la muralla, los griegos regalan un enorme caballo de madera a los troyanos; dentro había arqueros que, por noche, salieron y abrieron las puertas para que los griegos entraran y sometieran sus habitantes.
En resumen, Paris no robó a Helena: ella huyó con él. Como haya sido, un asunto de faldas se convirtió, como dice el título de la serie, en “la caída de una ciudad”. Dicha guerra ocurrió entre 1194 y 1184, a. C. Es posible pensar que, independiente de que posteriormente Helena haya resuelto volver con Menelao, la suerte de Troya y sus habitantes estaba echada. En lo más profundo, la motivación fue un machismo que, por la época en que se dio, estaba muy arraigada en la cultura helénica.
Con la debida proporción guardada, el affaire con Ecuador tiene algo de paralelismo. Primero, el motivo del desencuentro entre los gobiernos de ambos países tuvo que ver –fiel a su tacto de paquidermo en política internacional– con una desafortunada declaración del presidente López Obrador; esto es, que en las elecciones de Ecuador ganó el actual mandatario porque habían asesinado al candidato que ocupaba el segundo lugar.
El 17 de diciembre de 2023, el ex vicepresidente Jorge Glass se refugió en la embajada de México en Ecuador. Fue hasta el 5 de abril cuando México decide otorgar asilo político a Glass. Horas después, la sede diplomática de nuestro país fue asaltada por la policía ecuatoriana, una acción totalmente condenable y contraria al derecho internacional. Más tarde, México rompe relaciones con Ecuador y la comunidad internacional condena la acción de este país.
Como en la pandemia y ante la afrenta de Ecuador, el affaire cae “como anillo al dedo” al régimen lopezobradorista en plena época electoral: une a los mexicanos contra un enemigo común (troyanos) tras la captura de Jorge Glass (versión moderna de Helena). Ahora, como los arqueros, el gobierno de la 4T va con todo contra el país sudamericano al pedir su expulsión de la ONU mientras no “emita una disculpa pública” para salvar el honor manchado de México.
A lo largo de la serie televisiva no se deja de pensar que el origen de la carnicería sangrienta en Troya fue por “robarse” a una mujer; y en el affaire Ecuador fue producto de una infausta declaración presidencial. Cuando la historia se repite, la primera como tragedia, la segunda como farsa.
X: @Ismaelortizbarb
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