Por sexto año consecutivo, la Comisión de Igualdad Sustantiva y de Género del H. Congreso del Estado de Jalisco entregó el Reconocimiento Hermila Galindo Acosta a mujeres jaliscienses que en diversos ámbitos de participación han destacado por su compromiso de crear una sociedad más justa.
En su edición 2024 fueron reconocidas Xóchitl Esther Ávila Laudebog, promotora de asociaciones para niños invidentes; Beatriz Marcos Álvarez, especializada en educación inicial indígena; Silvia Patricia Flores Ozuna, defensora de la participación ciudadana y representación política; María Teresa Prieto Quezada, académica con aportaciones en pro de mujeres y niñas en condiciones vulnerables; Xóchitl Penélope Calvillo García, periodista e impulsora de la participación de mujeres y niñas en la ciencia; Clarissa Berenice Pérez Balcorta, defensora de la igualdad de género.
También Guadalupe Regina Saborío Ulloa, activista de los derechos de niños y jóvenes con discapacidad; Antonia Rodríguez de la Cruz, vigilante comunitaria en proyectos de medio ambiente; Verónica Hernández Vázquez, trabajadora para erradicar el abuso sexual infantil; Norma Celina Gutiérrez de la Torre, académica, feminista e investigadora en torno a la construcción social del género. En mi caso la distinción fue otorgada por el trabajo académico en defensa de los derechos humanos, particularmente con relación al grave problema de la desaparición de personas en Jalisco.
El premio lleva el nombre de una revolucionaria que luchó desde la docencia, el periodismo y como activista para que las mujeres pudieran participar en las decisiones públicas en un marco de igualdad ante los hombres.
Hermila Galindo Acosta nació en 1885 en Ciudad Lerdo, Durango, fundó el semanario La Mujer Moderna y realizó importantes acciones a favor de la igualdad y la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida económica, política y social. Solicitó la aprobación del voto femenino en el Congreso Constituyente de 1917, aunque su propuesta fue rechazada.
Si en este tiempo todavía hay quienes se sorprenden de que por primera vez una mujer ocupará el cargo de Presidente de la República, podemos imaginar en 1917 cuando se le propuso a la profesora Hermila Galindo contender por un cargo de diputada al Congreso de la Unión –a pesar de que no se reconocían legalmente– y ella aceptó para continuar luchando por la reivindicación de los derechos de las mujeres a estudiar, recibir educación sexual, trabajar de forma remunerada, votar y ser postuladas a cargos públicos.
Hermila Galindo fue una oradora extraordinaria, autora de numerosas publicaciones y defensora del proyecto social de la Revolución mexicana, reivindicando en todos los espacios en que participaba la necesidad de la presencia de las mujeres en la vida política nacional.
Sus palabras en uno de los discursos de postulación de campaña (marzo 1917) aún tienen vigencia: “¡Una mujer candidato a Diputado al Congreso de la Unión! ¡Cuántos comentarios erróneos, cuántas consideraciones injustas ahí donde no hay disciplina mental ni amplitud de criterio; cuánta consternación en los espíritus timoratos y cobardes acostumbrados a la esclavitud de la costumbre, a la tiranía de la tradición y para quienes tal vez es una blasfemia abrir nuevas rutas al progreso humano y nuevos horizontes a la civilización!”.
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