El primer lunes de abril comenzó con un escenario inédito a nivel global: el efecto producido por la guerra de aranceles lanzada por los Estados Unidos, que ha provocado abruptos movimientos en las bolsas de valores de todo el mundo, incluyendo la norteamericana y donde la incertidumbre constituye el único elemento claro en esta vorágine comercial arancelaria.
México y Canadá se han visto con una afectación relativa, en la que el acuerdo del TMEC se ha convertido en una mínima tabla de flotación que no involucra en el mismo volumen el esquema de afectación que tendrán, globalmente, otras economías, y que marca, sin duda, una zona de muchos conflictos e intensas negociaciones.
Por el momento, después de la sorpresa de la aplicación de los aranceles diferenciados y, desde luego, para nada proporcionales entre varias economías, de forma paulatina comienzan a estructurarse alianzas entre diferentes economías que no habían intentado proyectos en conjunto, como es el caso de tres economías que están en constante competencia entre sí: China, Japón y Corea del Sur. Los efectos que provocarán en el futuro inmediato definitivamente apuntan a una reconfiguración de los mercados, porque la irracionalidad con la que se ha desarrollado este golpe no deja prever, por el momento, con claridad, el desenlace de la catástrofe.
El marco internacional tiene un efecto muy poderoso en el desarrollo de la actual administración y se ha planteado, sin mucha organización, el Plan México para generar una línea de trabajo que enfrente en las mejores condiciones posibles el vendaval económico.
De manera simultánea, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU dio a conocer que podría iniciar un procedimiento contra México, bajo la perspectiva de que el fenómeno se desarrolla de manera general o sistemática y que, de acuerdo con el protocolo de observación de la ONU, en nuestro país el fenómeno constituye un elemento de inestabilidad e inseguridad que requiere la participación internacional para atender de fondo el fenómeno que el gobierno mexicano se empeña en negar.
Dos instancias oficiales de gobierno se pronunciaron inmediatamente respecto del comunicado de la ONU, la Secretaría de Gobernación y la CNDH, que emitieron comunicados muy relacionados el uno con el otro, dejando clara la postura oficial de negación de la actual administración. De igual forma, en ese comunicado, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU solicita al Estado mexicano el seguimiento profundo y serio del caso de Teuchitlán.
El inicio del proselitismo para la reforma del Poder Judicial, por otra parte, a través de candidaturas, ha mostrado el inquietante perfil de lo que se espera para este tema. La sobreabundancia de TikTok y propaganda en las redes sociales nos ha permitido conocer una dimensión, exageradamente frívola, para la configuración de una de las estructuras institucionales de primer orden en el equilibrio de poderes. De una diversidad de anuncios, el inicio de campaña de tres ministras actuales, con el cobijo corporativo de sindicatos alienados al oficialismo, vemos que la esperada autonomía está lejos de poder consolidarse y la seriedad jurídica, sin posibilidades de asegurarse.
[email protected]
jl/I
|