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Foto: Especial
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El proyecto Vías Verdes, impulsado por la Secretaría de Cultura en las regiones Valles y Ciénega de Jalisco, transforma antiguas vías ferroviarias abandonadas en una red de 98 kilómetros de senderos culturales y recreativos que integran historia, naturaleza y comunidad. Se han recuperado seis estaciones ferroviarias de los siglos 19 y 20, convertidas en centros culturales que ofrecen talleres artísticos, museos temáticos y rodadas guiadas.
El proyecto abarca tres senderos principales: el más extenso, de 44 kilómetros, conecta Tala con Ameca, accesible para bicicletas y acompañando a peregrinos hacia el Santuario de Talpa; otro, de 34 kilómetros, une La Vega con Etzatlán, atravesando paisajes de agave y zonas arqueológicas como Guachimontones; y un tercero, de 12.7 kilómetros, recorre Ocotlán y Atotonilco. Además, se han asfaltado diez kilómetros de conexiones hacia puntos estratégicos.
Las estaciones en Ameca, La Vega, Etzatlán, San Marcos, Ahualulco de Mercado y Atotonilco, construidas entre 1850 y 1905, albergan espacios como el Museo del Maíz y el Museo Ferroviario, además de ofrecer actividades culturales y recreativas. Siete guías especializados enriquecen las rodadas con relatos sobre el patrimonio ferroviario.
Actualmente, se trabaja en restaurar paraderos históricos y puentes, y en cerrar un circuito de 21 kilómetros entre Ocotlán y Atotonilco. Con un enfoque en turismo sustentable y apropiación ciudadana, Vías Verdes revitaliza el patrimonio y fortalece la identidad regional.
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