Cuán cierto era que uno necesitaba ser visto por otros para estar seguro de su propia existencia
A.S. Byatt
Entre todas las posibilidades existentes el cuerpo va siendo, todo acontece en él sin aparente percepción ni registro nítido. Vamos siendo cuerpo con sus sobras y sus faltas. Vamos deambulando entre nuestros espacios físicos y psíquicos: por un lado, aquellos espacios en donde la piel nos presenta y cubre todo cuanto somos y todo aquello en lo que aún no nos hemos convertido, y por otro lado, el espacio de la perpetua danza, entre el dulce y gentil jazz contra la abrupta escena de tango confrontándonos la historia. Somos toda una representación de lo que nuestro mundo psíquico nos provoca a ser.
El cuerpo precisa la interrelación entre lo somático y lo psíquico. El cuerpo pareciera ser vía, instrumento, herramienta, medio y fin. Es el más majestuoso ejemplo de la perfección y la vida. Es el contenedor biológico por excelencia. Es también, la representación de lo que somos y nuestra presentación al mundo, es el rostro. Es el puente con los otros, con los individuos, con los conjuntos y con lo social. Es el depositario de las heridas de la historia y evidencia de nuestra estructura psíquica. Para Sigmund Freud la estructura psíquica tiene una influencia sobre el organismo y esto da como resultado el cuerpo.
La percepción de nuestro propio cuerpo tiene una connotación distinta acorde a la edad. También es a partir de la edad cronológica y la edad aparente que nos vamos llenando de significados y con ello, de interpretaciones. Interpretamos los cuerpos a partir de determinadas características como el peso, el tono de piel, la ropa, las cualidades de belleza, entre otras. El cuerpo es susceptible de ser mirado, escuchado, sentido. Podemos sanarlo o enfermarlo. En nuestro cuerpo habita el mundo de lenguaje, de las ideas, de la inteligencia, de la sexualidad, de la creatividad y la expresión artística. Incluso, mediante el uso de las redes sociales en donde el fenómeno de la exaltación de los cuerpos impera, mostrar los cuerpos en su perfección es tendencia.
¿Qué es nuestro cuerpo frente a los otros? ¿Qué son los otros cuerpos ante nuestra mirada? ¿Cómo es que se va conformando la autopercepción corporal? ¿Cómo impactan las palabras del otro en nuestra psique? ¿Qué tan conscientes somos de la relación estructura psíquica y cuerpo? ¿De qué manera violentamos nuestros propios cuerpos?
Quizás entonces, también somos todo aquello que vamos haciendo con nuestros propios cuerpos.
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