Según Claudia Sheinbaum, México será –a partir de las elecciones del Poder Judicial el 1 de junio– el “país más democrático del mundo”. ¿Por qué lo afirma a sabiendas que es falso? ¿O se trata del mismo discurso del ex presidente López Obrador, quien llegó a asegurar que el sistema de salud mexicano superaría al de Dinamarca? El ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León lo desmiente en su artículo “México: de la democracia a la tiranía”, publicado en Letras Libres. En respuesta, en la “mañanera del pueblo” se ha enfocado en desacreditarlo, no refutando el artículo, sino al ex presidente: el más puro estilo de la famosa falacia argumentativa ad hominem (se descalifica a la persona, no a su argumento).
La tesis de Zedillo advierte que los cambios institucionales implementados de la 4T y su “segundo piso” buscan destruir la joven democracia mexicana para instaurar un régimen tiránico. Señala que esto es evidente con “la desaparición del Poder Judicial independiente y los organismos autónomos, así como la preparación de un Estado policial”.
¿En qué estado se encuentra realmente la democracia mexicana? Para responder, basta analizar algunos indicadores internacionales. Por ejemplo, el Índice de Democracia 2024 de The Economist le asigna a México una puntuación de 5.32 (lo que ubica nuestra democracia en el lugar 84 de 165 países), que lo califica como un “régimen hibrido” (en 2019 la calificación fue de 6.09, lugar 73: “democracia defectuosa”).
El Democracy Report 2025 revela que, a partir de 2019, México cayó del puesto 60 (0.527) al 107 (0.25) en 2024: un desplome de 53 por ciento. El informe destaca que “el retroceso antidemocrático de México ha sido drástico en los últimos tres años… (desde el) control monopolizado de los poderes Ejecutivo y Legislativo … al debilitamiento de las restricciones judiciales y al fortalecimiento del poder militar en asuntos civiles… lo que significa que su condición democrática es ahora dudosa”.
El IDEA presenta anualmente el Estado Global de la Democracia. En su más reciente publicación informa que México, en la dimensión “Estado de derecho”, está en el lugar 113 de 173 países evaluados (en 2019 nuestro país tenía una calificación de 0.43 y en 2024 bajó a 0.40). Agrega que “ha experimentado descensos en materia de parlamento eficaz, libertad de prensa e independencia judicial” desde 2018.
Alianza para la Democracia publica el Índice de percepción de la democracia 2024, mide la diferencia entre la importancia que las personas atribuyen a la democracia y el grado de satisfacción (“Déficit democrático percibido”). Cuanto mayor sea el déficit, mayor será el incumplimiento por parte de los gobiernos de las expectativas democráticas de sus ciudadanos. En 2024 México registra un déficit de 24 puntos.
Todas estas evaluaciones de la democracia –y otras más– coinciden con los argumentos de Zedillo: cuando la inquilina de Palacio Nacional anuncia que “México está por convertirse en el país más democrático del mundo, tristemente nos está mintiendo a todos los mexicanos”. No solo miente, sino que ignora el evidente retroceso institucional.
X: @Ismaelortizbarb
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